El Running mueve pasiones
El Running mueve pasiones, tantas que probablemente sea el único deporte capaz de atraer a seiscientas almas hacia la línea de salida de una carrera popular en un pueblo histórico de la ciudad de Málaga. El Running encierra curiosidades y bellezas capaces de hacer que no haya edades entre sus practicantes y que el respeto prime ante todo. El Running es muchas cosas, y precisamente este domingo, el Running también fue Alhaurín de la Torre.
En colaboración con el Club Deportivo Alpino Jarapalos, el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, el Área de Deportes del Ayuntamiento de Alhaurin de la Torre, Solán de Cabras y San Miguel 0'0, la prestigiosa Fundación Real Madrid, realizó por segunda ocasión una de las carreras más atractivas de la ciudad. Se trataba de una simple salida para corredores experimentados o una toma de contacto con el deporte por parte de los que se inician en estos tiempos. Su finalidad clara era recaudar capital para poder destinarlo a los fines de la fundación y ayudar así a quiénes más lo necesitan.
Obviamente, dado que la pasión en Alhaurín por realizar alguna actividad deportiva es inigualable, pocos faltaron a la cita. Desde niños de tan solo 4 años hasta mayores, pasando por incluso adolescentes que se animaron a salir a correr con sus clubes o simplemente por divertirse. No faltó, para nada, una mezcla de edades que resultó ser atractiva, pues los pequeños enseñaron a los grandes a no rendirse, y viceversa.
<u>Un recorrido que resultó ser un lujo</u>
La salida se realizó desde el Polideportivo El Limón, ya que era la zona perfecta de convivencia para el mundo del deporte. Sin embargo, acto seguido, el recorrido dio un giro drástico y se dirigió hacia una de las cuestas más placenteras para los 'runners'. Prácticamente, los tres primeros kilómetros fueron una bajada constante, combinada con algunos tramos planos en los que los más acelerados fueron bajando de revoluciones para racionarse.
Acto seguido, se realizó un tramo por carretera cuanto menos impresionante, en el que los atletas que participaban en los 5 Km, darían la vuelta, y en el cual los de 10 Km continuarían hasta la conocida rotonda con el cartel de Alhaurín. Entre jadeo y jadeo, y ánimo y ánimo, los corredores siguieron su camino sin frenarse ni siquiera a saludar a sus conocidos.
Todo sucedía a gran velocidad, excepto para aquellos que tenían mayor dificultad para avanzar. En algunos la falta de deporte les hacía llevar un ritmo más reducido, pero no por ello peor, pues lo que realmente era digno de alabar era su participación. En otros, el portar a otro compañero le ralentizaba, dado que debía guardar el máximo cuidado para que el carrito no se tropezase con ningún altercado del camino.
Era un espectáculo total, una preciosa escena de familia deportiva, de personas que, pese a que no se conociesen, se daban ánimos conforme los kilómetros agonizaban en sus piernas. Es cierto que tan solo eran unas simples series para unos, pero para el resto suponía todo un reto.
Una cuesta casi al final acabó con muchos. El adentrarse en la zona pasada al Polideportivo El Limón, hizo mella en las zapatillas del vecindario. Era difícil contenerse, sin embargo, también era de cobardes rendirse. Fue entonces cuando más ánimos llegaron. Las personas que paseaban por las calles gritaban para que ninguno se detuviese, y así sucedió.
<u>La llegada a meta dejó grandes sorpresas</u>
Un último ascenso rompió a muchos que vieron como su reloj sumaba y sumaba a la hora de subir la cuesta del polideportivo. Por suerte, era la última parada, el último tramo en el que los vencedores alzarían los brazos, es decir, en el que todos los alzarían, porque cada uno que llegó recibió el ánimo de la grada.
Sin tiempo para apenas arreglarse, los fotógrafos de los diarios malagueños y del Club Deportivo Alpino Jarapalos, se lanzaron a por las mejores instantáneas. El 'Speaker' cantaba, uno a uno, los números de los dorsales que arribaban. Un puesto con melón esperaba a todo aquel que había logrado dicha proeza, así como una mesa completamente repleta de botellas de agua y otra de cerveza isotónica.
Era la recompensa para aquellos que habían disfrutado y se habían dejado la piel en el asfalto. Qué mejor regalo podía haber que la satisfacción de saber que tú eras uno más en esa lista de 'Finishers'.
<u>No solo hubo 5 K y 10 K, sino mucho más</u>
Además de los 5.000 metros y los 10.000, los más pequeños 'runners', tuvieron su hueco de una forma especial. La carrera decidió organizar un par más para dar cabida a esta multitudinaria afición. En este caso, y dada la circunstancia de que el recorrido debía ser corto para no desgastar, se pactó un trazado de 1.500 metros y otro de 400.
En ambos, la entrega fue máxima, y todos los presentes disfrutaron de los suyos, corriendo o sin correr a su lado. Era una fiesta en la que todos animaban y se divertían con una misma finalidad: hacer deporte.
Y es que, el Running es mágico, esconde secretos que nadie sabe y que solo los que presencian o disputan alguna vez una carrera de este tipo, son capaces de entender. No hay edades, no hay barreras, solo dos zapatillas son la frontera que hay que sobrepasar para conocer uno de los deportes más grandes.
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