Publicidad

Joaquín Villanova: De la época del Congreso me quedo con un presidente y compañeros que antepusieron los intereses de todos los españoles sobre los partidistas


Tras la primera parte de la entrevista al alcalde de Alhaurín de la Torre próximo a cumplir 20 años al frente de la alcaldía, esta segunda se centra más en los dos ‘logros’ conseguidos en su carrera política, el Senado y el Congreso de los Diputados.

En su carrera política hay, al menos, dos momentos muy significativos, su nombramiento como Senador y Diputado. ¿Su paso por el Senado que le ha significado en lo político y en lo personal?

Pues fue mi primera experiencia como representante de la provincia en una alta Institución del Estado y me lo tomé como un auténtico regalo y como un espaldarazo a mi carrera política en el PP, adonde llegué tres años y medio antes y al frente del cual logré nuestra primera mayoría absoluta en 1999 en el Ayuntamiento. En lo personal significó la validación de una forma de trabajar, de un estilo, siempre cercano al ciudadano, más allá de las siglas, y también me permitió conocer a muchos más representantes públicos de distintos ámbitos y la mecánica y procedimiento de la aprobación de las leyes del Estado. Fue una experiencia muy gratificante y enriquecedora, lo digo de verdad.

¿Esto le supuso cambios de visión en lo local o no le cambió en nada?

Mejor diría que me la reforzó. Estar en el Senado me dio la oportunidad de comprobar lo que ya intuía de antes: había senadores y senadoras que eran o habían sido alcaldes o alcaldesas de sus ciudades y los problemas y fenómenos nos eran comunes a todos. Eso significa que la cercanía con la calle la intentábamos aplicar a nuestra forma de trabajar en el Senado, en las iniciativas que se presentaban, en lo importante que era para nosotros llevar asuntos provinciales para su resolución o respuesta en la Cámara Alta... Aunque a veces chocábamos con la lentitud del sistema o con la falta de competencias para resolverlos. Lo que sí le puedo asegurar es que los alcaldes hacíamos frente común siempre al tratarse de cuestiones referidas a la necesidad de descentralizar aún más las administraciones autonómicas en favor de los municipios y provincias, algo con lo que en su día trabajamos mucho con la FEMP. La llamada 'Segunda Descentralización' no ha llegado todavía, y es algo imprescindible, ya que los Ayuntamientos, a mi juicio, somos capaces de gestionar mejor el dinero y los ciudadanos lo saben.

¿Cuál es su mejor recuerdo de esta etapa?

Tengo muy buenos recuerdos en general pero, sin duda, el haber podido traer muchas inversiones a toda la provincia en general y a Alhaurín de la Torre en particular. En cifras redondas, nuestro municipio recibió entre 2000 y 2004 en torno a 7.500 millones de las antiguas pesetas, es decir, unos 45 millones de euros. Y de esa cantidad, la inversión de que más orgulloso me siento fue la que obtuvimos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, para financiar un plan de inserción laboral y profesional exclusivo para el Ayuntamiento, valorado en más de 200 millones de las antiguas pesetas (1,2 millones de euros), que sirvió para dar trabajo a muchos alhaurinos y alhaurinas -la gran mayoría son hoy funcionarios de carrera, porque después de su experiencia opositaron- y para el crecimiento, especialización y consolidación definitivo de la estructura municipal, ya que en aquel entonces, Alhaurín ya superaba ampliamente los 20.000 habitantes. Sin duda, gracias a aquella inyección económica, el Ayuntamiento entró definitivamente en la modernidad. Quizá esto conteste mejor a la pregunta anterior.

Otro momento importante es su llegada al Congreso y creo recordarle una expresión en la que decía que ahora estaba en la ‘Champion League’, ¿se sintió así?

En efecto, sin desmerecer al Senado ni a los senadores en absoluto, llegar a la Cámara Baja tenía un plus de visibilidad y, sobre todo, de estar en el 'cogollo' de la vida pública institucional española. Como bien sabe, los años 2011 a 2015 fueron durísimos, de decisiones impopulares, pero imprescindibles, y los diputados llegamos a sufrir el hostigamiento de determinados grupos que incluso rodearon el Congreso. Aun así, solo tengo recuerdos positivos y muy enriquecedores de esta etapa, porque cuando se está en sede parlamentaria, donde se deciden las leyes para todos los españoles, se da uno cuenta de estar viviendo momentos históricos y decisivos. Los debates parlamentarios, aunque a veces eran agrios entre Gobierno y Oposición, resultaban muy atractivos debido a la profundidad de los asuntos que se trataban: Economía. Educación, Sanidad, Presupuestos, Unión Europea, Relaciones Internacionales, medidas y reformas de amplio calado. Sin olvidar, claro está, que en estos cuatro años, del 2011 al 2015, he traído para Alhaurín de la Torre en torno a 12 millones de euros.

A pesar del duro momento económico en el que llegó, ¿con qué momento se queda de esa época?

Con la determinación de un presidente de Gobierno y de un Grupo Parlamentario que, a sabiendas de las críticas e incomprensiones recibidas por sus medidas de ajuste, antepusieron los intereses de todos los españoles sobre los partidistas, ya que esas iniciativas salvaron a España de la quiebra a la que Zapatero nos había llevado por su imprudencia e inacción, por ser suave en el término. Ha habido decisiones dolorosas, durísimas, la ciudadanía ha sufrido, lo sabemos bien. Todos hemos sufrido el zarpazo de la crisis y de sus múltiples ramificaciones. Pero tanto el Ejecutivo como el Poder Legislativo, donde el PP tenía mayoría absoluta, fueron capaces de llamar al pan, pan y al vino, vino y actuar donde era necesario e indispensable. Y fíjese que la frase favorita de la Oposición y de parte de la Prensa era que “el PP se ha quedado solo votando”, cuando teníamos mayoría abrumadora y, a pesar de ello, siempre buscábamos el consenso en aquellas medidas más complicadas. Por eso es más lógico decir que nos dejaron solos, siguiendo esa misma regla de tres. Me enorgullece pertenecer a un partido valiente, coherente y con un discurso igual en todas partes -de eso no pueden presumir partidos como el PSOE o Ciudadanos-. Es con eso con lo que me quedo: con la determinación de sus ministros y diputados en tiempos complicados. El tiempo nos ha acabado dando la razón.

De los proyectos en los que trabajó ¿Cuál le gustó más?

Los que me conocen saben que mi debilidad es ayudar a quienes más lo necesitan. Y es curioso que algunas personas del PSOE o de Izquierda Unida y otros partidos siempre me han afeado esa frase de “con su dedito usted ha empobrecido a muchas familias españolas y alhaurinas”, pero no son capaces de reconocer que he trabajado muchísimo en los programas sobre drogodependencias a nivel nacional y en la modernización de las políticas penitenciarias a través de sendas comisiones parlamentarias. Hemos estado vinculados a unos planes nunca antes vistos en Europa para prevenir la drogodependencia en las prisiones, y ahí me he entregado en cuerpo y alma. Por más que me quieran ensuciar con las medidas impopulares aprobadas en el Congreso -y que como alcalde he intentado amortiguar con unos presupuestos de clara vocación social para mis vecinos-, ahí está mi labor, esa que se hace de forma callada y con la idea de ayudar a las personas que lo pasan mal, en este caso, las privadas de libertad. Eso no me lo podrán quitar jamás.

¿Qué le costó más votar en el Congreso?

Debo confesar, lo he hecho siempre, que ha habido leyes muy impopulares y poco comprendidas. No me gustó votar la congelación de los salarios, ni me gustó la restricción de realizar oferta pública de empleo ni dejar de abonar la paga extraordinaria de los funcionarios de 2012. Y sobre todo no me gustó porque un Ayuntamiento saneado y sin deudas, como el nuestro, no se merecía recibir el mismo trato que otros arruinados. Pero dicho lo cual, debo decir que nuestro Equipo de Gobierno Municipal trató de paliar la dureza de esas medidas. Yo consulté al Pleno municipal y pedí permiso para realizar contrataciones temporales. En estos últimos cuatro años, hemos realizado más de 10.000 contratos, lo que implica a unas 3.000 familias de Alhaurín de la Torre. Y por otro lado, la eficacia y escrupulosidad en la ejecución presupuestaria y el hecho de no gastar más de lo que se ingresa, nos ha permitido no parar de invertir en obra pública y seguir haciendo ciudad, algo que se nota en la creación de empleo y riqueza o, al menos, amortiguar la ruina de los peores años de la crisis.

Los que en esta época le tratamos, vimos que pagó cierto peaje físico ¿lo vivió así?

Siempre me he tenido por un hombre fuerte, constante y con mucha capacidad de aguante. Soy muy exigente conmigo mismo en el desempeño de mis funciones. Y eso, lógicamente, pasa factura. A primeros del año 2015, recién cumplidos los 58 años, tuve un buen susto físico y decidí que tenía que empezar a mirar un poco más por mí. Cuidé mi alimentación, empecé a hacer mucho más deporte, dejé de fumar, procuré ir arrinconando el estrés -no es tarea fácil- y, por supuesto, mantuve mi ilusión y mi vocación de servicio público las 24 horas del día, pero procurando descansar, es decir: estando “solo de guardia”, si me permite el símil, en algunas ocasiones y en algunos fines de semana. Admito que mi ritmo ha sido siempre muy alto y ha llegado el momento de echar el freno de vez en cuando.

¿El familiar supongo que aunque más acentuado en esta época, ha debido de ser importante en todas las legislaturas?

Ser marido, ser padre y, ahora, ser abuelo tiene sus dificultades debido a que personas tan exigentes como yo no hemos sabido o podido aplicar precisamente algo por lo que los políticos debemos velar: la conciliación familiar. Me debo a mi pueblo y eso a veces entra en conflicto con tu entorno más cercano, sobre todo, en las fiestas más importantes del año y en verano. Yo he intentado hacerlo todo compatible, pero mi gente sabe que en caso de empate, no tenía más remedio que barrer para mis conciudadanos. No es fácil estar en esa situación y tampoco es justo que yo exija comprensión a los míos en todo momento. Comprendo su frustración a veces, pero siempre creo haber actuado correctamente por causas nobles. En otras palabras: que me gano mi sueldo y que sudo la camiseta institucional. Aprovecho, no obstante, para pedir disculpas a mi familia si en algún momento se han sentido poco atendidos o no correspondidos como ellos quisieran.

Si no estoy mal informado, sus compañeros de bancada le llamaban ‘el alcalde’ ¿es este el motivo porque no ha repetido en las listas al Congreso y al Senado?

A ver, en Política todo tiene sus etapas y creo haber cumplido la mía como representante de la provincia en las cámaras parlamentarias. No hay otro motivo más que el haber cubierto esa etapa y dar relevo a savia nueva, tal como acertadamente piensa el partido. Ahora quiero dedicarme por entero a ser alcalde, lo que llevo haciendo desde hace 20 años, porque siempre me he sentido antes alcalde que diputado o senador. Y eso lo llevo tan a gala que precisamente es la razón por la que me llamaban 'el alcalde'. Es para estar orgulloso.

 Continúa ....

 Fotografías de la Campaña al Senado del fondo personal de Luis Bravo

 

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.