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Pagar la última cuota no basta. Descubre la importancia de cancelar la hipoteca


Al fin llega la última cuota de la hipoteca, o decidimos hacer una amortización hipotecaria. ¿Qué ocurre después? La hipoteca no termina cuando se paga la última cuota. Ya no se debe nada a la entidad financiera, pero lo cierto es que la información registral de la vivienda en la que aparece la hipoteca continúa registrada, pudiendo dar lugar a una información equivocada en el futuro.

Pues bien, una vez que llegamos a este punto tenemos dos posibilidades: una de ella es no hacer absolutamente nada y la otra, cancelar la hipoteca. Son muchas las personas que optan por la primera opción, lo cual puede ocurrir por desinterés o por simple desconocimiento. Lo que ocurre es que dejar la situación tal cual puede provocar algunas desventajas, ya que la información registral permanecerá durante veinte años, tras lo cual el registro tendría que eliminarla de forma automática.

Cosas que no podrás hacer tan fácil si no cancelas la hipoteca

De modo que si no hacemos nada, la información va a seguir ahí, perjudicando al titular en prácticamente cualquier cosa que quiera hacer en relación a su propiedad. Si por ejemplo quiere vender el inmueble a otra persona, a esta no le aparecerá que se trata de una vivienda libre de cargas cuando pida un certificado registro de la propiedad. Otro tema en el que le puede perjudicar es si algún día desea hacer otra hipoteca sobre la misma finca.

De modo que la mejor opción es eliminar la inscripción registral. También en este caso existen dos opciones. Una de ellas es encargárselo al propio banco, que tiene la obligación de hacerlo. Si se lo encargamos a una gestoría nos pasará una factura que puede ser un tanto elevada, ya que tendrá que hacer una serie de trámites.

Esto es lo que debes hacer para cancelar la hipoteca tú mismo

También es posible que el propio titular de la hipoteca haga el trámite por sí mismo. Se trata de una opción que también tendrá un coste, ya que tendrá que recurrir al notario y al registro de la propiedad, pero será menor que en el caso anterior. En primer lugar debe solicitar un certificado de saldo de deuda cero a su entidad financiera, y entregárselo a un notario para pedirle la escritura de cancelación.

Dicha escritura debe ser firmada por el apoderado de la entidad financiera. El notario se encargará de gestionar con el banco la cancelación de la hipoteca. Tras esto hay que cumplimentar el formulario del impuesto sobre actos jurídicos documentados (formulario 600), en la delegación de hacienda de la comunidad autónoma correspondiente. Este acto está sujeto al impuesto, si bien esta tasa está exenta de pago, por lo que no supondrá coste alguno.

Lo siguiente que hay que hacer es recoger la escritura del notario y pagar el importe de esta, una vez que la haya firmado el apoderado de la entidad financiera. Este proceso puede tardar varios días. Y finalmente se acudirá a la cancelación el registro, con la escritura y el formulario del impuesto.

 

 

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