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Lo que enseña y deberíamos aprender del atentado de Barcelona


Tras el horrible y doloroso atentado de Barcelona de la pasada semana pasada intento hacer repaso de lo que hemos aprendido y de lo que deberíamos aprender, temiendo que no va a ser así.

Vaya por delante la condena del mismo y la solidaridad con afectados, algo que lamentablemente, es necesario dejar por escrito y clarito cuando se analizan estos temas y uno intenta ver más allá, sin dejarse llevar por el dolor y la rabia olvidando la lógica y la razón.

Ni la mayoría de vosotros, ni yo, por supuesto, tenemos los datos suficientes para analizar las causas del terrorismo global. Y si así lo hiciéramos, siempre sería desde nuestra perspectiva,  por tanto de forma parcial y subjetiva.  Pero siempre es bueno plantear preguntas y confrontar alguna respuesta alternativa a la que medios y opinadores nos presentan.

Ahí va la primera pregunta:

¿Son los atentados de Paris, Londres o Barcelona fruto de un plan de guerra contra occidente, un choque de civilizaciones?

Os invito a visitar esta página: https://storymaps.esri.com/stories/terrorist-attacks/. Los autores proyectan sobre un mapamundi a tiempo real los atentados y victimas que ocurren en todo el mundo. En lo que llevamos de año, han ocurrido 886 atentados terroristas que han provocado 5.281 muertes, incluyendo las de Barcelona, y las más de 60 víctimas que ha habido en la última semana, en los 21 atentados que han tenido lugar desde el de Barcelona. De un vistazo se puede comprobar que la inmensa mayoría de los atentados y sus víctimas no son europeas ni occidentales. De hecho el grupo que más causa esas víctimas es el DAESH, y la mayoría son en países musulmanes de oriente medio y áfrica. Parece obvio que no es, solo, una guerra contra occidente.

Otra pregunta que parece oportuna, si se admite que el origen de este terrorismo es externo y relacionado con el extremismo religioso islamista podría ser:

¿Es nuestra tolerancia a la libertad de cultos lo que facilita la importación del terrorismo derivado del extremismo religioso?

Si así fuese, daríamos por hecho que un determinado culto, en este caso el Islam, es de por sí origen del problema, cuando la realidad nos muestra que la comunidad musulmana es de las primeras en condenar ( y sufrir) estos atentados en todo el mundo, y que es solo una pervertida e interesada interpretación de esa religión por parte de grupos extremistas promueve y realiza estos actos terroristas en el mundo. Si a nadie se le ocurrió extender la culpabilizarían a todos los blancos tras los atentados de Oslo en 2011 o los más recientes en EEUU protagonizados por supremacistas blancos y cristianos, por que apuntar a toda una comunidad religiosa tras los actos terroristas del Yihadismo? Hay 1.600 millones de musulmanes en el mundo, sospechar de todos ellos como terroristas es tan erróneo y absurdo como sospechar de todos los cristianos como racistas, o llamar a todos los vascos etarras.  Y aunque hay casos, por supuesto, pensar que en todas las mezquitas se fomenta el radicalismo es como pensar que en todos los seminarios e iglesias se practica la pederastia.

Y por extensión esta otra pregunta:

¿Cerrar las fronteras y poner más trabas a la inmigración y a la llegada de refugiados nos protege?

Aquí también merece la pena pararse a analizar.  Cerrar las fronteras para protegernos tiene la misma perversa lógica y resultado que atacar otros países para proteger los intereses propios y recuerda demasiado a la foto de las Azores.  A poco que nos interesemos y nos informemos entenderemos que la única conexión entre los refugiados que llegan a Europa y los atentados, es que ellos huyen de esos mismos atentados en sus países. Si el atentado de Barcelona ocurriese varias veces por semana, en cada ciudad de nuestro país, si cada lista de fallecidos incluyera amigos, conocidos y familiares, nosotros mismos seriamos los que huiríamos buscando refugio para no ser los siguientes. Es un aprendizaje que lamentablemente ya deberíamos haber asumido, en especial los españoles, tras nuestra Guerra civil. Pero parece que no ha sido así. Este tipo de terrorismo utiliza como marionetas a personas captadas en todos los lugares del mundo. Muchos de los autores de los atentados en Europa han nacido y crecido en nuestros países y lo más grave, son chavales que han sido educados y conviven con nosotros formando parte de nuestra sociedad. Tal vez en vez de mirar hacia las fronteras, habría que empezar por preguntarnos qué razones hacen posible que un determinado tipo de chavales que conviven con nosotros, sean más susceptibles de ser manipulados y abducidos para realizar estos actos de terror y querer su propia muerte. Tal vez no somos capaces de ver que, aunque a todos nos afecten las crisis, la desigualdad, el desempleo y la falta de oportunidades existen sectores de población y guetos donde los problemas y la precariedad se multiplican por mil. Tal vez sea hora de analizar si somos tan tolerantes como creemos, o en realidad es nuestra propia sociedad, nosotros mismos los que generamos en nuestra propia casa espacios de marginación, racismo y xenofobia, abonando el terreno para los que buscan reclutar terroristas, u organizar extremistas racistas y xenófobos.

Y podríamos seguir con las preguntas. Seguro que se os ocurren muchas más. Y la mayoría no tendrán respuesta fácil.

No sabremos si se trata de una campaña global contra occidente y sus valores. No sabremos por qué unos muertos valen más que otros, ni por qué no llega por igual la información de todos los atentados y sus víctimas a través de nuestros medios de comunicación. No sabremos que hay detrás de todo esto, ni  cuanto tienen que ver el dinero, el poder, el petróleo y la geopolítica. Dudo que nunca entendamos por qué alguien es capaz de hacer este tipo de actos que tanto horror y dolor producen.

Pero, si algo nos debe enseñar el atentado de Barcelona, (además de que los catalanes hablan en catalán, aunque a muchos les haya molestado), es que debemos plantearnos preguntas, y no dar por ciertos los tópicos y argumentos que derivan en una justificación del odio al diferente, caldo de cultivo para el racismo, la xenofobia y los radicalismos. No debemos permitir que el miedo nos impida ver que parte de culpa tenemos en todo esto y nos convierta en algo parecido a lo que ahora tanto tememos.

Juan Manuel Mancebo Fuertes. Es concejal y coportavoz de Electores EQUO en el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre.

 

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