Publicidad

El binomio enseñanza-aprendizaje


La materialización del binomio enseñanza-aprendizaje, es muy compleja.

Además de la naturaleza de lo que se enseña-aprende inciden múltiples factores, no todos conocidos. Para adentrarse en ese proceso con alguna garantía de no salir descalabrado conviene hacer algunas consideraciones didácticas como resultado de las reflexiones que se originan al enfrentarse día a día con el acto docente. Son criterios personales cimentados a lo largo de los años de docencia.

La Didáctica es para mí una artística sistematización metodológica del acto docente.

Considerado en su parte elemental, para el acto docente es necesario dos focos:

-         Foco elaborador-emisor

-         Foco elaborador-receptor.

Ambos focos, en los humanos, son fundamentalmente humanos y lo que modifica, sustancialmente, el acto docente es el vehículo de transmisión que, en unos casos será la palabra hablada, en otros la escrita. Los gestos, la imagen, una combinación de dos o más vehículos pero en su origen y final siempre habrá un:

Núcleo conceptual => Emisión => Recepción => Procesamiento => Información

En síntesis: El acto docente es una acción, cerebro-cerebro, contaminada por los vehículos utilizados, contaminación que no tiene por qué ser lesiva, (aún cuando en ciertos casos, lo sea), antes bien debe ser muy enriquecedora.

-  El elaborador-emisor: Profesor, autor del libro, un compañero...., selecciona del “arsenal de información” que guarda el concepto que quiere transmitir y lo adapta a los niveles previos informativos que tiene el receptor.

-   Traducción del pensamiento a lenguajes no formalizados; la versión tiene perfiles distintos de la idea primitiva. La emisión se hace en un tipo de código que sólo es conocido de manera muy superficial por el receptor.

-   El receptor tiene un código propio no homologado con el emisor, ha de hacer un procesamiento de esta información para adaptarla a la información previa que posee sobre la idea expuesta. 

 Obsérvese que el concepto primario de la mente del emisor de la idea, cuya inicial pureza puede simbolizarse en un círculo,  va sufriendo modificaciones en su figura debido a las sucesivas contaminaciones que el proceso mental en el emisor, de transmisión al receptor y lo generado en el receptor, le aporta.

El resultado final es una figura deformada, contorneada irregularmente que, bien amplía la información del oyente o bien se deforma la información existente por no poder conectar con ella.

El esquema que sigue pretende simbolizar que el perfil del concepto recibido es sensiblemente diferente del que se pretendió transmitir. Comparando la figura inicial y final se obtendrán situaciones diversas del acto docente que se esquematiza en la figuras siguientes:

Leyenda:

Área rayada: Ampliación del receptor sobre el concepto inicial 

Área de doble rayado: Parte del concepto emitido no asimilado por el receptor.

Figura circular: Concepto primario en la mente del emisor.

Figura irregular: Concepto formado en la mente del receptor.

La interpretación de  las distintas situaciones que simbolizan las figuras, se recogen en la siguiente matriz: 

Figura

Idea que pretende representar

1 El receptor ha recogido, plenamente, la idea emitida añadiéndole aportaciones que envuelven el concepto inicial ampliándolo y mejorándolo

2 El receptor ha recogido el núcleo del concepto; quedan aspectos periféricos, quizá importantes, que escapan al receptor

3 El receptor capta el concepto  añadiéndole aportaciones que rodean al concepto inicial; sin embargo, quedan aspectos particulares y concretos de éste sin encontrar la colocación debida en la mente del receptor

4 El receptor capta aspectos parciales periféricos del concepto aportándole aspectos que no tienen nada que ver con él, dejando sin asumir el núcleo y aspectos periféricos importantes del concepto emitido

5 Lo que se ha entendido no tiene nada que ver con el concepto primario

El objetivo del acto docente debe ser el que representa la figura 1.

La tarea del profesor presenta dos vertientes: 

-       Ofrecer a los alumnos un modelo, unas técnicas, un procedimiento por los cuales se posibilite el trabajo personal del alumno.

-  Facilitar el trabajo mediante orientaciones, estímulos, motivaciones, búsqueda de nuevas perspectivas, otras ópticas, facilitándole los elementos necesarios dentro de un marco conceptual adecuado y un esquema de evaluación que posibilite la determinación personal de los procesos y logros. 

Así pues, el trabajo del profesor es más animador que actor, más observador que parlanchín, más inductor que operador. 

El postulado básico que se puede inferir es: el carácter irremplazable e irrenunciable del trabajo personal del alumno en su proceso educativo. MR

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.