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Miedo a hablar en público


             En el miedo a hablar en público, como en cualquier otra fobia, aparece una angustia asociada a situaciones en las que la persona se expone frente a otros.  Debemos tener en cuenta que cuando hay angustia es que hay un fuerte deseo, pero una cosa es estar implicado en esa situación, que haya cierto momento de angustia, y otra es padecerlo e impedirnos llevarla a cabo.

            El  miedo es una reacción normal a un peligro exterior, necesario para preservar nuestra integridad y elaborar una respuesta de huida, de enfrentamiento, de detención. La angustia tiene que ver con la reacción ante un peligro interior del que no se puede huir, una señal de que hay un deseo reprimido intolerado para la persona y que se manifiesta en esa forma.

            Como en cualquier otra fobia, el afecto ligado en el miedo a hablar en público es la angustia. No es realidad el miedo a hablar en público lo que le pasa a la persona, lo que le paraliza, lo que le hace huir, es un desplazamiento en esa escena de exponerse al público. En realidad es otra cosa lo que se pone en juego y que tiene que ver con la complejidad inconsciente de la persona, con conflictos internos que se manifiesta ahí porque están ligados de manera asociativa (está conectado a algo que es como una metáfora de otra cosa, por contigüidad en el tiempo, por cualquier otro tipo de asociación, similicadencia...) De esta manera, evitando la situación que aparentemente da miedo o fobia, se evita la angustia también. Se huye de un peligro que no es totalmente verdadero, porque el verdadero peligro del que se huye es del propio deseo inconsciente, algo que es significante para esa persona pero que ni siquiera sabe de ello, está reprimido. El síntoma es una manera de resolverla, pero ahora la persona padece de esa limitación en su realidad.      Esa limitación siempre se va ampliado, asociándose a otras situaciones, a otros elementos.

             En una situación en la que estamos frente a otras personas y hay que exponer en público, hay un deseo fuertemente implicado. El acto de salir a un escenario, exponer frente a otros, se pone en juego nuestra sexualidad, que no quiere decir exactamente genitalidad. Hay una inhibición de no poderse exponer ante otros, frente a ese placer que también supone hacerlo.

            El contacto con el público es como la desnudez, mostrarse sin barreras... Hay un sueño típico que es el avergonzamiento de la propia desnudez, donde nos encontramos ante personas desconocidas desnudos, o con poca ropa y nos paralizamos o deseamos emprender una fuga.  Muestra el conflicto de la voluntad, donde una parte de la persona demanda que la exhibición prosiga y por otra interviene la censura para que se interrumpa.  Podemos equipararlo a la fábula de Andersen, donde dos estafadores ofrecen al rey un traje que dicen que tiene la singularidad de sólo ser visibles para quienes son hombres buenos y honrados.  El rey sale a la calle vestido con este traje invisible (es decir, desnudo), pero como nadie quiere pasar por  malo o perverso,  fingen no advertir su desnudez.

            Se trata de deseos ilícitos reprimidos. Todos abrigamos deseos que ni a nosotros mismos nos confesaríamos.  Estar frente al público es como la desnudez, como una metáfora... Lo que ocurre que en esas situaciones uno no va a mostrarse del todo, hay como un malentendido. Es como cuando se realiza un examen y hay un miedo a quien le va a hacer las preguntas,  como si se fuese a dar cuenta de las fallas propias, a detectar que algo no se ha estudiado...como una cuestión con esa figura del examinador, del profesor, que es una correlación de esa imagen de autoridad del padre.

            Hay personas que estudian, se preparan muy bien lo que tienen que exponer, pero luego se quedan paralizados. Pero en esas situaciones, también cuando uno tiene que hablar en público, somos nosotros el vehículo para exponer algo, no debemos interrumpir con nuestra personalidad, sino salirnos de la escena. El yo ahí no ha de estar. Debo ser un vehículo, no soy yo, se está desempeñando una función.  Se ve cuando en situaciones uno no está físicamente aunque esté. Hay una imposibilidad de sumar funciones.

            Podríamos pensar también que es una cuestión con darle al otro, donde está en juego el amor y la generosidad a los demás. Así es como si hubiera un egoísmo frente al dar.

            En el miedo a hablar en público  también puede haber fantasías anticipatorias que incluso se escapan a nuestra conciencia, y que vemos ya el efecto, que es la inhibición, la huida. Son fantasías inconscientes que la persona no sabe de ellas.

            Las personas nos tememos más que a nuestras propias palabras y ese dejarse llevar a veces cuesta por el miedo a decir algo que nos comprometa, que haya un lapsus, un olvido.... Miedo a la próxima palabra que voy a decir, donde se quiere preparar la conversación, todo medido, controlado. Eso es imposible, y produce mucho daño en las personas. No se puede leer un guión, es entregarse a la tarea. Se impide desarrollar un pensamiento y desplegarse en ello, La conciencia aniquila cualquier creación. Ya Schiller le dijo a Korner ante un bloqueo en su escritura, que había que quitar la razón de la puerta de entrada, tolerar nuestra humanidad.

            Hay procesos de cambio en las personas  donde el peso de la ideología, la moral que uno tiene entran en conflicto con los deseos y aparecen las inhibiciones y los síntomas. Por ejemplo, personas que ante su carrera profesional  han de transformar su forma de pensar ideas antiguas acerca de la vida familiar, que ahora requiere de otro posicionamiento distinto. Esto puede llevar a que haya un miedo a hablar en público que pueda implicarle un desarrollo profesional por ejemplo.

            ¿Qué se tiene miedo de mostrar? Hay una cosa como de intimidad, una retención de energía que en el diván de un psicoanalista se resuelve. La única disciplina científica que tiene en cuenta la complejidad de estos procesos es el psicoanálisis. Siempre hay una verdad de la persona que está desplazada en esa situación y en el trabajo que se realiza con su psicoanálisis personal va a ir  estableciendo nuevos vínculos que le harán responder y producir una manera más sana de solucionar ciertos conflictos psíquicos.

 

Laura López Psicoanalista Grupo Cero

www.lauralopezgarcia.com

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