El patio político cada vez está más revuelto. La quiebra del acuerdo de gobierno en la región y Ayuntamiento de Murcia, encendió las luces a la presidente de la Comunidad de Madrid quien, sin dudarlo un instante para que no la madrugaran, convocó elecciones anticipadas. El lema que ha adoptado, por lo que he visto y oído en los medios de comunicación, es el que da título a esta columna.
Sus enemigos políticos, más que adversarios, se han lanzado a degüello de Dª Isabel Díaz Ayuso. Lo único que falta es el solo de trompeta como en Río Bravo.
Un tertuliano en la radio mañanera, ha criticado la dureza del aserto, según me pareció entender. Sin embargo, el lema, expresa con nitidez la certeza del mensaje. Dos ejemplos históricos prueban, empíricamente, que el comunismo es opresión. La falta de libertad está en los genes de la doctrina comunista.
Al término de la 2ª guerra mundial, después de los acuerdos de Yalta y Postdam, Europa queda dividida en dos. La Línea divisoria está en Berlín. Una continua sangría vaciaba la zona oriental en huida hacia la occidental. El bloque soviético construye el llamado muro de Berlín ¿Cuántas vidas costó de aquellos que huían del “paraíso soviético” en busca de la libertad?
¿Quién acuñó el término dictadura del proletariado? Donde hay dictadura las libertades quedan cercenadas.
Para completar la prueba recordemos el suceso que cuenta Don Fernando de los Ríos en su libro “Mi viaje a la Rusia soviética” escrito en 1921, por lo que cumple un siglo, en el que relata el viaje que hizo, en 1920, como miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE. Don Fernando de los Ríos fue comisionado para tantear la posibilidad de adhesión del PSOE a la III Internacional Comunista.
Don Fernando en su encuentro con Vladímir Ilich Uliánov conocido por su apodo: Lenin, tuvo la ocurrencia de preguntarle: ¿Cuándo llegará la libertad para los ciudadanos de la URSS? Lenin le contestó con la frase que ha hecho historia y citan los historiadores “¿Libertad? ¿Para qué?” Don Fernando se opuso, firmemente, a la adscripción del PSOE a la III Internacional y, como consecuencia, se produjo su escisión dando origen al Partido Comunista de España.
La percepción de Don Fernando de los Ríos fue premonitoria de lo que ocurrió después. Don Julián Besteiro, otro socialista de pro, sentenció: “Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido, quizá, los siglos”. Pues eso. Para qué añadir más.
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