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23F


Con la venia: Quiero sumarme al recuerdo de los sucesos de aquella fecha, cuarenta años ha, porque como dice la vieja canción y algunas veces he referido, “Recordar es volver a vivir el tiempo que pasó…”.

El 23 de Febrero de 1981, a las seis de la tarde, iniciaba mi tarea cotidiana como profesor de matemáticas de la antaño Escuela de Maestría Industrial de Málaga rebautizada, a partir de la LGE del 70, como Instituto Politécnico “Jesús Marín”.

A las seis y media el conserje me avisa de que, por orden del director, se suspenden las clases: Se había producido un golpe de estado. Así se hizo. Despacho a los alumnos y bajo a la sala de profesores, uno de los cuales tenía un transistor que transmitía la situación. Momentos después se para la información y comienzan a sonar por poco tiempo, g. a D., marchas militares ¡Ahí va, ya está liada!

Llamo a mi mujer y al descubrir que no sabía nada, la dejo en la ignorancia para no alarmarla; ya se lo explicaré cuando llegue. A partir de las siete de la tarde, como profesor de guardia, acuerdo con la dirección el cierre del centro, como así se hizo. Algún profesor descerebrado,  que los hay, se le ocurrió la “brillante” idea de sacar al alumnado a la calle en manifestación. La cordura y acierto del Director la neutralizó mandando a casa al alumnado, primero, y  el cierre del centro, después.

La charanga militar de la radio inquietó bastante. El añadido de los tanques circulando por las calles de Valencia donde se había declarado el estado de guerra, aún más. Al poco tiempo se supo que los subsecretarios se habían constituido en gobierno bajo la autoridad del rey quien, en breve, daría un mensaje a la nación. Mi mujer y yo no nos acostamos hasta ver al monarca, de capitán general, dirigirse a la nación con palabras tranquilizadoras, tanto más, cuanto los tanques fueron retirados de las calles de Valencia y la acorazada Brunete no se había movido de los cuarteles.

Por la mañana TVE emite cómo, los guardias civiles participantes en la asonada, salían por una ventana del Congreso mientras el General Aramburu Topete y el teniente coronel Tejero, firmaban el llamado “pacto del capó”. Quiero recordar, no estoy muy seguro, que el General Iniesta Cano, ordenó que fueran los gobernadores militares los que ejercieran el poder y no los gobernadores civiles; orden revocada con celeridad dejando el poder, como corresponde a una sociedad democrática, a los civiles y no a los militares.

Luego, la visita de los portavoces parlamentarios a la Zarzuela y, al día siguiente, o al otro, la gran manifestación por la democracia.

Se había culminado la faena de acoso y derribo al presidente Suarez quien, después de haber ganado las elecciones convocadas a partir de promulgarse la nueva Constitución española, las críticas más acerbas y las acciones más viles, incluso de sus propios correligionarios, forzaron su dimisión y después de los sucesos descritos, sin posibilidad de vuelta atrás.  

Adolfo Suarez, consciente de que ya no era el presidente del gobierno nombrado por el rey ni derivado de leyes del franquismo, quiso distanciarse de aquellos que lo habían promocionado. Se había convertido en el primer presidente constitucional revalidado en las urnas, además, por dos veces. Sus logros políticos, espectaculares. Desde mayo del 76 que fue designado hasta Diciembre del 78 que se refrenda la Constitución, no solo había tenido la habilidad de desarbolar, pacíficamente, las cortes franquistas, reconocer al partido comunista, la bestia negra del régimen, convocar elecciones libres sin mencionar que iban a ser constituyentes, y conseguir la redacción de la Constitución aprobada en referéndum mayoritario que, si no agradaba a todos en todo, era lo suficientemente aceptada para conseguir, por fin, neutralizar los odios cainitas que los españoles habían sumido a España. Tal mérito es indiscutible.

¿Hemos aprendido los españoles algo significativo en estos últimos 45 años de nuestra historia? Por lo que se ve parece que no. Malas artes en la política nos sumen, de forma inmisericorde, en el pozo de las desavenencias más disgregadoras. Que Dios nos proteja.

 

 

 

Comentarios
  • ANTONIO MUÑOZ ALONSO

    12 March 2021

    Magnífico relato breve de una situación desconocida por muchos y olvidada por otros. Un fuete abrazo Manolo.

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