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El Copo. El campo está que arde


Sé que las tractoradas fastidian al vecindario, pero es lo que hay pues las protestas y/o huelgas se hacen para fastidiar, por eso no existe una huelga de profesores durante el santo mes de agosto.

         El personal del campo está que arde de norte a sur y de este a oeste, y tiene múltiples causas para ese cabreo, aunque sepamos de buena tinta que hoy la economía ha dejado de ser “un tú a tú” para convertirse en algo mundial; sirvan de ejemplo los famosos aranceles.

         Y esto del campo no es cosa de jornaleros sino de grandes, medianos y pequeños propietarios que nada tienen que ver con UGU y CCOO por más que el secretario general del primero tache o tilde a los agricultores de “derecha casposa” y el señor -es un decir- Monedero afirme que son personas “enjoyadas que no han dado un golpe en su vida”.

         Les jode a ellos, al hombre o mujer de campo, que la miseria que cobran en origen por su producto multiplique su valor por diez, veinte o más cuando llega al consumidor, sea usted o a este viejete que escribe cosas sin importancia.

         El superior de agricultura -llamado también ministro- señor Planas es el encargado de intentar poner orden en tan escabroso tema, pero como lo que existe en España, con perdón, es un tinglado gubernativo de desgobierno los agricultores se han reunido últimamente con todo el poderío “podemita”, incluido el mismísimo Pablo Iglesias que ha aconsejado a los tractoristas: “vosotros, seguid achuchando”.

         Esa casi blasfemia ha dicho el todovicepresidente de este país de locos.

 

 

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