Cuidado con las palabras

Beatriz Fanjul, joven y flamante parlamentaria electa del PP al Congreso por Vizcaya,  ha concedido una entrevista a Libertad Digital cuyo enlace reseño. En ella manifiesta, entre otras cosas, lo que sigue: “Evidentemente, nos dimos cuenta de que ahí teníamos que poner el foco, atrayendo y embaucando a todos bajo un mismo proyecto y con esa necesidad imperiosa que es la que está reclamando el Partido Popular”.

Es evidente que SS no conoce el significado de la palabra que  resalto y enrojezco, no por vergüenza, no, sino para destacar, porque no creo que SS querrá “Engañar a una persona para algo malo aprovechándose de su falta de experiencia o de su ingenuidad”, como testimonia el DRAE.

Quizá quiso decir: ilusionando,  entusiasmando u otros de los muchos sinónimos que puede encontrar en internet, o en los diccionarios especializados. Se le trabucaron las meninges, y le salió lo citado.

Los políticos, sobre todo los de cierto rango son requeridos, con insistencia, por los medios ante los que, velis nolis, han de pronunciarse. A veces sorprendidos, o asaltados, por micrófonos y preguntas que no pueden eludir y tienen que improvisar.

Como tal situación es frecuente deberían disponer, en su “disco duro”, de un prontuario de palabras, de significado bien conocido, genéricas, de amplio espectro, válidas para enfrentar cuestiones diversas, que expresen su opinión con rotundidad y eficacia saliendo airosos, con decoro y elegancia, sin pifias desafortunadas. No hacerlo así, puede conducirles por sendas semejantes a la comentada.

En estas páginas he dicho: “hay que tener mucho cuidado con las palabras ya que, amables cuando se las trata bien se revuelven como arpías cuando se las usa impensadamente”, que es lo ocurrido en esta ocasión.

No lo puedo remediar: el profesor que me acompaña siempre se manifiesta a las primeras de cambio.