Existe un pueblo sevillano, Huévar de Aljarafe, donde se inició la “operación 1.000”.
Se trataba de buscar los mil votos necesarios para que el “amigo” de Susana descubriese sus identidades.
Una vez descubiertos se compraban sus voluntades y como había parné para “asar una vaca” se les apañaba un trabajillo.
Así se fue tejiendo por todo el Aljarafe y más comarcas una maraña de compra de voluntades que tuvo su fruto.
Como premio, el que fuese alcalde de Huévar fue nombrado Director General de Empleo y ya todo fue jauja.
A Sánchez le extraña.
También ellos inician un calvario particular.
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