Llegó Pepe Sarria a presentarnos su pálpito, su palabra mística, su mensaje eterno de hombre en busca de la plenitud, de poeta urbano que pisa el barro del asfalto y siente la luminosidad del encuentro consigo mismo.
El poeta nos introdujo en sus fantasmas, en sus espacios íntimos, en la largueza de su visión, en la alacena de su alma:
“Más de una noche miro a las estrellas,/ su número es ingente/ como la arena/ que dócilmente cubre las puertas de la mar// Mirar a las estrellas:/ un pequeño tesoro/ para los que no tienen/ más fortuna que el tiempo.
José Sarria Cuevas
Gracias, siempre. Casi todo es prescindible, menos que a uno le llamen poeta. Un abrazo.