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El ojo


Dicen los sufíes que “sólo el ojo del agua puede ver el agua”, y el Meister Johann Eckhart refiere que “el ojo con el que veo a Dios es el mismo ojo con el que Dios me ve”. Tomando como base estas generalizadoras palabras reflejas, podríamos decir que solo el ojo del político puede ver al político o que el ojo con el que veo la política es el mismo ojo con el que la política me ve a mí. Sin embargo, el ojo que mejor ve al político es cualquier ojo menos el suyo, y el ojo que observa la política no es el mismo ojo con el que la política ve al pueblo.

            El ojo que mejor ve a nuestro país no es el de sus políticos, sino el del pueblo español. Es así de claro. Pero ciertos políticos nuestros quieren que contemplemos a España, por la que vivimos y luchamos, con el ojo de ellos, es decir, que nos bebamos el mar de un sorbo.

            Lo expresado, en los parágrafos anteriores, lo podemos extrapolar perfectamente a otros sectores. ¿Cómo se puede “tragar” el ciudadano de a pie que el precio de la vivienda nueva tocó techo y ya va a menos? No hay que ser un lince para comprobar que sigue su escalada, quizá no tan desenfrenada como el año pasado, pero continúa su ascenso imparable. Nuestros dirigentes están obligados a ser sinceros y honestos con los españoles. Aún existen por doquier embaucamientos, endogamias, tejemanejes... que los hijos, tanto nacidos como adoptados, de esta tierra, paraíso pionero en el arte de vivir, no se merecen.  

            Dicen las estadísticas que el número total de parados en España es de 3.630.947 personas en el segundo trimestre de 2019, lo que supone un +3,68% respecto al primer trimestre. Las cifras del paro siempre están fluctuando, pero no desaparecen. ¿Es una utopía la ausencia total de paro? Recuerde que “la utopía es el principio de todo progreso, asevera Anatole France, y el diseño de un porvenir mejor”. Además del paro reinante, no podemos olvidar la precariedad en el empleo, los salarios míseros y, por ende, insuficientes para vivir dignamente, el abuso a que está sometido el trabajador, la desmotivación de nuestra juventud ante el horizonte laboral todo negrura e inseguridad...

            ¿Puede vivir una familia con el salario mínimo interprofesional (900 euros) aprobado para el 2019? ¿De verdad creen nuestros regidores que puede tener todas sus necesidades vitales cubiertas una persona con la actualizada pensión de viudez (513,10 euros)?

            Ante este paisaje helado, el ojo del español ve cada día que los ricos son más ricos, los pobres..., más pobres y la clase media, que perdió una parte importante de su poder adquisitivo, continúa sin recuperarla.

 

 

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