Desde hace un mes veo en La Cuatro, por consejo de un amigo, el programa “Todo es mentira”.
Gracias a ello llevo treinta días perdiéndome la siesta, pero Risto Mejide consigue que un servidor sonría en más de una ocasión.
Si algún lector de estas “Cien palabras” es amante de la política, aunque sea de lejos, pocos habrá, le aconsejo su visión y se olvide durante un rato de su partido preferido ya que puede llevarse rasca.
A mí me ha enganchado por su sentido de la ironía, la mejor arma para superar el tedio caluroso.
Stop para los “fiebres”.
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