Como la suave brisa que crea una hoja en su caída otoñal, así fue mi primer contacto con aquella leve adolescente, Rosi, a la que arrullé entre mis brazos.
Hace de ello tanto tiempo que es imposible expresar “en cien palabras”-con lo que ello conlleva- toda una vida.
Sonrisas y lágrimas, tristezas y alegrías han florecido junto a nosotros.
Hemos sabido respetar nuestra intimidad sin necesidad de romper el vínculo sagrado del amor y hemos sido capaces de transformar “un te amo” en un dulce “te quiero”.
Hoy celebramos su cumpleaños.
Vivamos la fiesta, la merecemos. Hemos sido buenas personas.
manuel montes cleries
Felicidades a Rosi por su cumple y a ti por la vuelta a la columna