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La maldición de las materias primas


    Nuestro avanzado primer mundo necesita una serie de materias primas, algunas ya las he comentado en columnas anteriores: coltan, litio, oro, mercurio,… sin embargo en parte de  los países que las producen sus condiciones económicas y sociales a veces son malas, empecemos por la minería. 

   Los mineros de los países del tercer  mundo, donde hay grandes yacimientos de materias primas, trabajan en muchos casos en condiciones calamitosas: carecen de protección para el trabajo que realizan, sus condiciones laborales rayan a veces con la esclavitud, son explotados, etc… amen de daños al medio ambiente fruto de la ausencia de preocupación por mantenerlo en buen estado.

   Concurren además otras circunstancias, la explotación de sus minas o yacimientos corren a cargo de las multinacionales, estos exportan sus materias primas al precio que el mercado internacional y las multinacionales les imponen cuyos precios suelen ser bajos y a la vez la adquisición de productos manufacturados de Occidente por estos países les resulta muy costosa.

   Hay una coincidencia de determinadas situaciones políticas en estas naciones que solo se dedican a la extracción de las materias primas,  la mayor parte de la población de los mayores exportadores de petróleo vive en una situación de pobreza y la mayoría no son democracias, son dictaduras o gobiernos autoritarios.

   Si solo se dedican a vender sus materias primas, a largo plazo la consecuencia es que llevan a la pobreza a sus poblaciones, tenemos el ejemplo en Venezuela, este país tiene el veinte por cien de las reservas de petróleo del mundo, hay además yacimientos de coltan, oro… sin embargo ya sabemos cuál es su situación actual.

   Solo prosperan aquellos países que diversifican sus actividades económicas, tenemos el caso de Chile, que es el primer país productor de cobre, este ha dedicado parte de sus ganancias a dedicarlas a otras actividades económicas e industriales, su situación económica está muy lejos de Venezuela.

    Noruega, por ejemplo, produce y exporta mucho más petróleo que Venezuela, sin embargo tiene muy diversificada su actividad económica e industrial, el petróleo viene a ser un 35% de su economía, la consecuencia es que es un país muy prospero.

    Otro ejemplo lo tenemos con el coltan, el mayor productor del mundo es el Congo, sin embargo las condiciones de vida de sus habitantes es mala, es uno de los países más pobres, y  lleva desde hace muchos años con una guerra civil, en cuyo trasfondo está este mineral,  ya hable de ellos en la columna con este nombre.

    Es sorprendente que países sin recursos en materias primas como Japón, Luxemburgo, Liechtenstein o Taiwan,.. sus niveles de vida son muy altos y contrastan con las condiciones de pobreza de países que si las tienen como los señalados. 

    Los estudios de los organismos de la ONU han puesto de manifiesto que la posesión de grandes cantidades de materias primas si no va acompañado de una diversificación de su actividad económica e industrial, que es lo que le añade valor añadido, es una maldición para los países que solo viven de la venta de estas materias.

    El informe del Programa de las Naciones Unidad para el  desarrollo (PNUD), señala que “cuando se trata del desarrollo humano, algunas exportaciones son mejores que otras. La riqueza generada mediante las exportaciones de petróleo y los minerales puede ser mala para el crecimiento, mala para la democracia y mala para el desarrollo”  

   Basta analizar la situación de los países que solo viven de la exportación de materias primas para ver que la afirmación anterior no puede ser más acertada, la posesión de estas materias es para ellos una maldición.

 

 

 

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