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La pena de muerte


    Desde hace varias semanas se viene hablando en la prensa del nuevo juicio de Pablo Ibar en los EEUU, como sabemos está condenado a la pena de muerte por haber asesinado presuntamente a tres personas, digo, presuntamente pues a pesar de las condenas, según los expertos que han intervenido, no hay pruebas claras y definitivas.

   Finalmente el jurado de este último juicio se ha pronunciado declarándolo culpable, lo que significa que el juez decidirá si se aplica la pena de muerte o la cadena perpetua, si bien hay todavía la posibilidad de otro recurso que puede tardar según su abogado cinco años más.

   Señalo desde aquí mi rechazo a la aplicación de las condenas a muerte que todavía se dictan y ejecutan en varios países del mundo,  ¿Qué pasa si se ejecuta a un inocente? Estoy seguro que esto ha sucedido en más de una ocasión, sin embargo no se suele publicar.

    EEUU es uno de los países donde se aplica como sabemos, es una nación que me merece un gran respeto e incluso admiración en algunos aspectos, sin embargo tiene sombras y una de ellas es la existencia de la pena de muerte en su Código Penal.

    Pablo Ibar lleva veinticuatro años en la cárcel y dieciséis ha estado en el llamado “corredor de la muerte”, la permanencia  en este lugar me parece un suplicio ya que está aislado en la celda sin contacto con otros presos en espera que un día le saquen y le lleven a la sala donde se realizan las ejecuciones.

   Si lo comparamos con nuestro Código el asunto chirria, días atrás hemos visto como una persona que asesino brutalmente a su mujer, ha salido solo con el cumplimiento de doce años y después ha asesinado a la abogada que le defendió con la que parecía tenía una relación sentimental.

   Pero hay más detalles sobre la aplicación de esta pena, las empresas farmacéuticas europeas restringieron la exportación de medicamentos que pueden utilizarse para aplicar la pena de muerte por inyección letal.

    Esta negativa ha generado que varios estados estadounidenses, incapaces de encontrar equivalentes farmacológicos,  aplazaron condenas por esta razón; otros han encargado compuestos sustitutivos a farmacias locales no reguladas.

    Además se han dado varios casos en los que se aplicó la “inyección letal”  y el condenado tardo mucho tiempo en morir, uno de ellos dos horas y otros también un tiempo bastante largo, lo que resultó una muerte cruel por lo prolongado de su agonía, pues con este procedimiento se tardaban solo diez minutos como máximo en producir la muerte del penado. 

   Pero hay un matiz más, en algunos estados como Texas los familiares del asesinado pueden presenciar la ejecución del asesino, no sé que sentimientos pueden pasar por la mente de estas personas mientras presencian la aplicación de la sentencia.

   Otros países como China, Rusia, India, etc..  aplican la pena de muerte  para determinados delitos, varían de unos a otros;  en los países árabes el número de delitos por los que se condena a  esta pena es más amplio pues hay un componente religioso: son condenados por asesinatos, posesión de drogas, homosexualidad, violación, traición, apostasía, blasfemia….  Aunque no en todos.

    La pena de muerte es un camino sin retorno, si una persona es inocente no se la puede restituir, por ello lo adecuado es que se aboliera, pero entiendo que es un planteamiento utópico pues hay muchas variables concatenadas que lo impiden.

 

 

 

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