Por múltiples razones una buena parte de los amigos que nos acompañaron en hacer más llevadero este tránsito por la vida nos han ido dejando silenciosamente.
Unos porque se fueron para siempre, otros porque antepusieron otros aspectos de la vida a la amistad sin más; sea por una cosa o por la otra, lo cierto es que nos vamos quedando cada vez más solos y sin ganas de volver a entablar vínculos de amistad para evitar sufrir más de la cuenta porque en realidad los humanos, por aquello de serlos, tenemos bastante de cobardes.
En un pis pas de tiempo se han marchado de este mundo mis amigos Maribel (ella) y Valentín (él); esperábamos primero la muerte de él, enfermo de un cáncer de páncreas, pero el destino quiso que fuese ella la que nos dejara en veinticuatro horas porque el corazón le estalló de repente.
Al poco tiempo los médicos avisaron a él, tras unas pruebas médicas, que existía una posibilidad de ser operado. Accedió a ello y murió en el intento de salvación de su vida.
Sí, se no fueron los dos… y con ellos todos los buenos ratos que durante un buen montón de años habíamos pasado juntos compartiendo, sonriendo, jugando, confesándonos y amándonos.
Algo huérfanos hemos quedado; nos queda el misterio de ignorar qué ha sido de ellos porque la putada de haberlos perdido para siempre no me la quiero creer.
manuel MONTES CLERIES
Cuanta verdad hay en tu artículo