Os dejo queridos y amados lector@s que interpretéis esta enigmática cita evangélica, que da título al “copo”, en la que el Gran Judío, Jesús de Nazaret, responde a uno de sus fans que desea seguirlo pero que le pide permiso para poder enterrar antes a su padre. Después de 2.000 años los teólogos no se ponen de acuerdo en el sentido de la respuesta, y un servidor de ustedes vislumbra la causa, pero se la calla no sea que sirva de escándalo.
Carmen Calvo, nuestra-vuestra vicepresidenta se habrá que quedado cuajada cuando haya leído lo que ha respondido la Institución milenaria ante la posibilidad que la momia de Franco se incorpore a la catedral madrileña de La Almudena y sea enterrado junto a los restos de Carmen Polo, esposa del dictador durante toda la vida que mantuvo relaciones matrimoniales con el gallego de marras.
Ni doña Juana la Loca, con Felipe el Hermoso transitando por los páramos españoles, tiene nada que ver con el calvario judicial que espera a estos nietos y bisnietos de Bahamonde que van a conseguir de la “panda”, con sus torpezas judiciales y sus miedos a los seguidores de la “momia”, hacer el mayor de los ridículos históricos.
Dejemos a ellos que lo resuelvan y que nosotros lo acatemos mientras el digital “Moncloa” continúa publicando estopa de la mano del comisario Villarejo contra las gloriosas figuras del clásico bipartidismo.
Allá ellos y ellas, porque las decenas de poetas malagueños siguen por metro cuadrado con la misma tabarra.
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