Aunque no tengo nada nuevo que transmitiros siempre es un placer poder teclear para contactar no sé con quién ni para qué. Sois pocos l@s que os alertáis por mis frecuentes ausencias en este mundo de la comunicación escrita y tampoco sé si os importa pues no es tanto lo que se gana o se pierde, pero habrá que diñarla intentando ser uno -personal e intransferible- y no una simple fotocopia de un mundo clónico y pesado que se resiste a dejarlo.
Hoy he salido con ella, como tantos otros días, para almorzar un menú muy baratito; tras conseguir degustar una sopa de picadillo sin que mi temblona mano consiguiera manchar mi inmaculada camisa blanca, y tras incorporarse ella para ir a casa descansar, solicité a Jorge un moka, un JB y el diario decano de esta ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia, mi odiada y amada Málaga.
Un rápido paseo por sus repetidas páginas, ya saben, que si las inundaciones, las caminatas de Pablo, la columna del maestro Alcántara, las necrológicas, el cupón de la once y el horóscopo que, por cierto, me anuncia que el día de hoy mi familia ocupará mi mente y corazón, pleno.
También me avisa que mi trabajo será reconocido por mis jefes, pero el teléfono permanece en perpetuo silencio y solamente el ring-ring de mi hija y hermana rompe el silencio que se alimenta con el leve recorrido del recuerdo que alimenta mi extraño regocijo.
manuel montes
Algún ring.ring más suena