Festivales

    Soy muy aficionado al teatro, por ello todos los años, además de asistir en Málaga a aquellas funciones que me pudieran gustar, me desplazo a festivales de teatro que en los veranos se celebran en diferentes localidades de España.

     Actualmente hay festivales en bastantes localidades, gran parte de ellos representan obras de grandes autores clásicos, al  menos es lo que proponen en sus programas

       El más conocido y antiguo es el Festival de Teatro Clásico de Mérida, tiene más de setenta años, le sigue el festival de Almagro con más de cuarenta años y el de Alcántara, a estos se añaden otros nuevos, Málaga lleva unos años montando obras en el antiguo recinto romano bajo la alcazaba.

       Siempre se ha tratado de vender ideología camuflada en la obra de teatro que se representa entre otros medios. Los que tenemos ya muchos años hemos visto como siempre se ha hecho; con el paso de los años  han ido cambiando las ideas claves para presentarnos otro modelo de sociedad, siempre de acuerdo con lo políticamente correcto como no podía ser menos

       El autor clásico lo que refleja en su obra es unos hechos y una forma de pensar con la visión personal del problema y el mensaje que nos quiere transmitir, retorcer el argumento y cambiar el mensaje para decir algo distinto nos parece una autentica estafa que estoy seguro, que si viviera el autor, se opondría de forma rotunda.

       Sin embargo hay guionistas y escritores que se prestan a cambiar el argumento incluyendo las ideas y el mensaje del momento,  colaboran en la difusión de las ideas e ideología que quieren vender los que tienen el poder.

      Fruto de estos planteamientos es que según las épocas ha habido autores bien vistos y otros mal vistos.

      Los resultados de estas modificaciones es diverso, en unos se aprecia que hay ingenio, en otros casos no, en este último caso se traduce en representaciones burdas con hechos inventados, algunos imposibles en las fechas que se describen que sucedieron, a veces hace en clave de humor pero cuando falta un humor inteligente se acaba en el chiste fácil barriobajero.

        Este año he ido nuevamente al de Mérida, había sacado entradas para ver “Ben Hur”, esperaba asistir a una nueva versión de la famosa obra del escritor Lewis Wallace.

       Mi sorpresa es que lo que he visto es una burda caricatura de esta obra, que no merece ni comentario, un autentico bodrio, no me explico cómo la dirección de este festival ha permitido semejante representación en un festival de teatro clásico de su categoría.

       La lectura de los clásicos siempre nos da la oportunidad de conocer como fue la época histórica que vivieron y los mensajes y enseñanzas que nos quieren transmitir,  retorcer el argumento y la obra para decir algo distinto y diferente no deja de ser una perversión pues se está utilizando el nombre y la figura del clásico como elemento de llamada, una pena.