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Un mundo convulso


     Estamos asistiendo inquietos y apesadumbrados al cumulo de noticas que nos hablan de las situaciones de las personas que tratan de entrar en Europa y en EEUU.

    Este último país, siguiendo las políticas establecidas por su Presidente, tiene separados a miles de niños de sus padres cuyo único delito ha sido intentar entrar en EEUU de forma ilegal, la aparición de videos sobre esta situación ha obligado a intentar hacer un cambio de imagen, aunque según las ultimas noticias el decreto que ha firmado no está resultando efectivo.

    Europa vive una situación semejante, Italia se ha negado a acoger nuevamente a los emigrantes que han sido recogidos por un barco de una ONG alemana con bandera holandesa y están dando vueltas en espera que le den permiso en algún puerto para poder desembarcar a estas personas.

    Empezó con el Aquarius que finalmente acabó en el puerto de Valencia, pero en el futuro  se repetirá esta situación con otro u otros  barcos, según las informaciones aparecidas hay, solamente en Libia, más de cuatrocientas mil personas esperando pasar.

    El ministro del interior italiano se opone de forma rotunda a que lleguen a cualquier puerto italiano ningún barco de ONGS, además está soltando autenticas “perlas” en sus manifestaciones contra la emigración.

    Si vamos al fondo de la cuestión tanto Trump como el ministro italiano forman parte de un gobierno que ha sido votado por sus ciudadanos; los que les han votado, ¿Quieren estas políticas?.

    Creo que en el fondo es el miedo el que está detrás de esos votos. Los emigrantes para estos votantes les perturban su vida, se llevan parte de los recursos económicos dedicados a atenderlos, pueden quitarles puestos de trabajo y a veces determinados emigrantes una vez establecidos en Europa quieren imponer su modo de vida y su cultura.

    Gran parte de nuestra sociedad occidental ha perdido valores, uno de ellos la solidaridad, asistimos impávidos con las noticas de las muertes de estas personas que intentan llegar a nuestros países y que se ahogan al naufragar sus frágiles pateras, mueren hombres, mujeres y niños.

    Es cierto que hay mafias detrás que son las que hacen el gran negocio, pues le dan informaciones sesgadas a personas desesperadas por las pésimas condiciones de vida de su país de origen, en estos países según escuche en una conferencia de un misionero que vivía en ellos, además de una gran pobreza pues carecen de casi todo, sin embargo muchos tienen antenas parabólicas que les permiten acceder a nuestros canales de televisión y ven las grandes diferencias de vida, lo cual les estimula más para intentar llegar.

    Pero en el fondo de todo están las grandes diferencias que hay entre el primer mundo y el tercer mundo, si no se produce un gran cambio podemos tener a media África intentando entrar en Europa e igual ocurre con gran parte de la población de los países más pobres de Hispanoamérica que quiere llegar a EEUU.

    El problema tiene una difícil solución, salvo que el primer mundo se vuelque en África para cambiar sus condiciones de vida y algo semejante ocurra en Hispanoamérica, la avalancha de emigrantes seguirá.

     No parece que esto vaya a cambiar, todo lo contrario el actual presidente de los EEUU practica una política de aislacionismo no solamente en el asunto de la emigración sino en otras áreas como la económica y el comercio, para defenderse de la globalización está poniendo aranceles a aquellas materias que importa, quiere proteger a sus industrias y  su economía aunque perjudique seriamente a otros países.

     Europa tiene bastante con intentar conseguir una Comunidad fuerte, unos futuros Estados Unidos de Europa, los nacionalismos, la extrema derecha,… no quieren, entre otras cosas,  que a sus países vengan emigrantes, son “chinas” en el camino de la construcción europea.

     Mientras existan las grandes desigualdades entre el primer mundo y el tercero la llegada de emigrantes no disminuirá, a ver que hacen los políticos, creo que poco dada la complejidad el problema y los países como España que somos frontera, seguiremos recibiendo emigrantes. 

 

 

 

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