La coherencia

     Vivimos en un mundo donde se ha extendido como una mancha de aceite un gran relativismo  moral, nada es bueno o malo, todo está en función de los intereses que podamos tener en un momento dado.

   Los sucesos de Cataluña nos han dado una imagen cuando menos sorprendente, cuando los líderes independentistas han ido delante del juez, la mayoría se han echado atrás, no se han mantenido en los principios que defendían, solo el Sr. Junqueras es el que a mi  juicio ha sido más  coherente, ¿Y qué es la coherencia?.

    La coherencia es el valor o virtud que nos hace actuar de acuerdo a nuestros principios. La coherencia es contraria a la hipocresía, una persona es coherente si a lo largo de sus actuaciones estas coinciden con los principios que manifiesta y profesa, el hipócrita por el contrario dice una cosa y después actúa de una forma distinta en función de las circunstancias.

   Si queremos  tener un liderazgo positivo en nuestra vida, debe estar basado en aquellos principios y valores en que creemos, la coherencia se manifiesta si mantenemos estos principios en cualquier circunstancia, si cedemos o variamos en función del ambiente nos volvemos incoherentes.

   En estos casos lo que hay es hipocresía, damos una imagen distinta a como somos adaptándolas a las circunstancias del momento. Por desgracia la incoherencia es el pan de cada día en nuestra sociedad, los primeros que la practican son los políticos, nos piden una serie de cosas pero después en el ámbito personal son totalmente distintos.

     Observamos cómo algunos constantemente nos están dando lecciones de moral e instándonos a vivir de una forma determinada, ellos por el contrario no viven como predican.

    La incoherencia está presente hoy en nuestra civilizada sociedad, no solamente en muchos políticos sino en muchos ámbitos  pues hay personas que solo le mueven sus intereses personales.

   El gran humorista Groucho Marx dijo dos frases geniales sobre este tema que retratan a mucha gente:   “¿Éxito? El secreto del éxito se encuentra en la sinceridad y la honestidad. Si eres capaz de simular eso, lo tienes hecho”.

   La otra lo complementa: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.”  son un gran retrato de nuestra sociedad.

   La coherencia nos da algo muy importante y es seguridad, pues de esta forma nunca caeremos en contradicciones, lo cual beneficia nuestra imagen personal.     Pero hay otro aspecto muy importante y es cuando tenemos hijos, estos se convierten en censores a veces muy duros, nos pondrán en alguna ocasión en aprietos si no somos coherentes.

     Los niños tienen un compromiso afectivo con los padres, de tal forma que copian las conductas de estos precisamente por ese amor y afecto que tienen a sus progenitores, dándolas por buenas y esto es una gran responsabilidad..      Cuando llegan a la adolescencia nos juzgan muy severamente, no obstante si hemos sido coherentes al final en la mayoría de los casos se sienten identificados con su familia.

     Se cumple el viejo dicho, antes de los cinco años dicen “qué razón tenía papa”, en el periodo escolar “qué razón tenía mi maestro”, en la adolescencia “qué razón tenían mis amigos”, ya mayores vuelve a decir “qué razón tenía mi padre”, pero solo se dice eso si los padres han dado un testimonio de vida y coherencia

     Resumiendo, la coherencia, que actualmente no se lleva,  es un valor primordial para cualquier persona que sea honesta y honrada consigo mismo.