Aunque falta algún tiempo para que se celebren las elecciones municipales, en Málaga capital comienzan a cruzarse apuestas y porras sobre quién pueda ser el candidato del Partido Popular para ocupar el trono de La Casona del Parque; hay que tener en cuenta que desde 1995 hasta la fecha el PP ostenta el bastón de mando de la capital de la Costa del Sol. No es pues moco de pavo que sean ya veintitrés años de gestión de la derecha sin que una pequeña sombra de corrupción haya sobrevolado por el Ayuntamiento que mandata Francisco de la Torre Prados, desde que a principios del nuevo milenio Celia Villalobos encaminara sus pasos hacia la capital del Reino para gestionar el “espinazo” desde el Ministerio de Sanidad.
De la Torre, a pesar de la crisis por la que pasa el PP a nivel nacional por “trincar” lo prohibido algunos, tal vez demasiados, golfantes del sacro ejército de don Mariano, sigue siendo, opinión muy personal, el único capaz de alzarse con la victoria, bien por su propio esfuerzo o en coalición con Ciudadanos.
Han salido variables que pueden llevar a la deriva ese deseo de miles de malagueños, sirvan de ejemplo la propia duda metódica del actual alcalde, las declaraciones de Rosa Francia, su esposa, y el deseo del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, también es “presi” del PP malagueño y experto en machacar colecciones de poesía, caso de la emblemática Ancha del Carmen al tiempo que es capaz de engullir una buena ristra de churros, imagen que mis ojos contemplaron con estupor.
Paco de la Torre es el único miembro del PP malagueño capaz de añadir, por su honestidad y laboriosidad, seis concejales más que los que dé de sí la gaviota; al tiempo que Bendodo no añadiría ni uno más a los que pudiera obtener el PP con sus siglas.
El resto son pamplinas que mejor es no relatar.
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