El pacto educativo

Al Sr. Méndez de Vigo, Ministro de Educación y portavoz del Gobierno, en su comparecencia al término del Consejo de Ministros del pasado viernes, le oí decir que había que llegar a un pacto estable por la educación. Asimismo afirmó que se instaurará una especie de MIR educativo, de dos años, para mejorar la calidad del profesorado.

La ocurrencia del pacto educativo la tuvo el Ministro Gabilondo y la del MIR, el Sr. Pérez Rubalcaba, Vicepresidente del Gobierno allá por 2010. La idea del MIR educativo la enarboló D. José Antonio Marina en el libro blanco de la profesión docente, que presentó al ministro Wert, derivado de la “Carta al nuevo ministro de educación” en la que expresaba: “La situación [de la educación en España] es caótica”. Todo ello lo glosé en varias columnas.

De todo ello se deduce que el Sr. Méndez de Vigo  se hace eco del contenido del Libro Blanco del Sr. Marina y lanza la idea a los cuatro vientos. Es de suponer que el Sr. Ministro habrá descansado aflorando tal idea que por lo visto resolverá el caos educativo en España, al decir del Sr. Marina y quedará resuelto, por mucho tiempo. Sin embargo, ya tenemos la adversativa, aunque la mejora del sistema educativo sea un deseo mayoritario del pueblo español, la experiencia nos dice que ese deseo, por desgracia, no se cumplirá.

En España, el número de profesores de enseñanza obligatoria, según datos del curso 2015/16, obtenidos en Internet, es de 682.258; de ellos 484.293 profesan en centros públicos y 197.965 en centros de enseñanza concertada y privada. Los profesores en los centros de titularidad privada constituyen el 40,87% de los profesores de titularidad estatal; a ellos ¿Se les va a exigir el MIR? Porque, según recuerdo, a los opositores a funcionarios docentes de antaño se les exigía el CAP, no así a los profesores de centros privados.

No sé si se habrá hecho, yo al menos lo ignoro, un estudio comparativo de los rendimientos escolares en los centros de titularidad estatal y privada porque, mira por donde, si ocurriera que fueran mejores en los segundos que en los primeros lo que habría que hacer, no es instaurar un MIR educativo, no, sino preguntarle a los centros privados ¿Qué es lo que hacen? Para imitarlos.

En consecuencia, como dije en determinada ponencia de 1984, hace 34 años: “Cualquier tipo de reforma que se propugne terminará dando pábulo al reformista de turno, para emprender una nueva reforma”. Y así nos va.