“Podemos” ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la aplicación de artículo 155 de la Constitución en la comunidad autonómica de Cataluña, para ello sus argumentos se basan, creo que erróneamente, en el debate constitucional que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados durante los años 1977 y 1978, aquellos tiempos alegres de la “movida” y muy funestos por el plomo que el maldito personal de ETA desprendía de sus humeantes pistolas con munición de nueve milímetros parabellum.
Confunde el personal de las “mareas” y “podemos” el santo y seña entre lo que es un debate y una votación, nada extraño en ellos cuando vemos que sin usar el “gatillo” van desapareciendo silenciosamente de la vida pública personas con nombres como Tania, Errejón, Carolina Bescansa, Alegre, etc.
El señor Iglesias, hombre aventurero, pero poco avezado en lecturas “intrascendentes”, debe leerse los cinco tomos publicados por el Congreso de los Diputados sobre el debate constitucional, tomos que poseo como un ignoto tesoro sin saber qué hacer con ellos, en los que se manifiesta las posturas de todos los grupos parlamentarios durante los años del plomo.
En ellos todos los partidos de aquel arco parlamentario mostraba sus posturas ante los diversos problemas que tenían lugar en el debate constitucional y que después, con mayor o menor voluntad, decaían ante la votación a que eran sometidos los diferentes puntos de vista.
Entre todos ellos, además del ya “famoso” artículo 155, vale mencionar como máximo exponente de lo que es un auténtico debate el artículo 15 de la mencionada Constitución y que comienza afirmando: “Todos tienen derecho a la vida…”
En él se compartieron conceptos desde el feto hasta la persona jurídica, pero en ningún momento nadie se rasgó las vestiduras dejando, para más adelante según quien gobernase, el concepto “vida” hasta llegar, como bien sabemos, a la aceptación del aborto.
De manera que sería bueno que Iglesias, sus “mareas y ahogados”, sepan leer e interpretar como es debido una Constitución que vale para que derechas e izquierdas puedan gobernar un país.
Sigo en la permanente duda de qué hacer con los mencionados tomos del debate constitucional porque creo a nadie, y perdone la ciudadanía española, interesa su destino.
Qué pena, ¡oh Dios!
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