Al personal político en activo le mola cantidad que el ciudadano Rajoy, Presidente del Gobierno de España, declare como testigo en la causa abierta por la 1ª época del “Caso Gürtel” (1999-2005) a petición de ADADE (Asociación de abogados demócratas de Europa), afín a tesis socialistas y que lo hará como acusación popular, el próximo día 26 a las diez de la mañana, declaración que será televisada en abierto.
Lógicamente las medidas de seguridad serán extremas, pues aunque se afirma que es un ciudadano normal, o sea, con su DNI y su dosis de canguelo, no es menos cierto que es el hombre que, más o menos, es en gran parte poseedor de nuestros destinos.
Si por otra parte ya es sabido que determinados partidos políticos lo van a intentar poner “morado” y que determinados medios de comunicación andarán afilando “guillotinas”, debemos de agradecer, y de hecho lo hacemos aquí, al señor Rajoy Brey que nos regale este numerito gratis, único en la historia de España, que conseguirá el vacío humano de las playas, en casas y apartamentos de la ciudadanía y la mayor de las soledades por calles, plazas, peñas de dominó, bares y chiringuitos; nada más falta que El Corte Inglés anuncie el cierre de su imperio.
Como muy bien ha dicho el íntimo amigo de Rajoy, el señor Pedro Sánchez, en un momento de lucidez mental, confía en que el testigo-presidente diga la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el presunto saqueo de lo público, de lo nuestro, dicen los expertos. Y es que los testigos, como muy bien saben ustedes, están obligados a decir la verdad.
Decía Platón que “la verdad es el más agradable de los sonidos”, pero no sé yo la cantidad de “calibres” que el filósofo había ingerido al escribir la cita anterior; lo digo porque son pocos los dispuestos a oír la verdad, ya ven que hasta Poncio Pilatos renunció, dicen los “dichos y hechos de Jesús de Nazaret”, a oír en boca del Gran Judío qué era la verdad.
Confiemos en pasar el próximo miércoles una excelente mañana que se supone de cierto interés.
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