Esta palabra a la que se hace mención de vez en cuando, especialmente cuando se trata de recriminar falta de libertad o reprobación de determinadas conductas de siglos pasados, describe al tribunal que se constituyo en Europa para perseguir a los herejes o a los que estaban en contra de los dogmas de la Iglesia de aquella época.
Recientemente se ha hecho mención a Torquemada y Savonarola ante los juicios mediáticos con que nos desayunamos frecuentemente, en los que no se respeta la presunción de inocencia.
Esta institución no nace en España como creen algunos, se instituye en Francia, en la zona de Languedoc, en el año 1184 para perseguir la herejía de los Cataros, en el año 1249 se constituye en el reino de Aragón dependiendo el Rey, en el año 1478 al unirse el reino de Aragón con el de Castilla se implanta la conocida como Inquisición Española, bajo control directo de la monarquía Hispánica, también paralelamente aparece la Inquisición portuguesa y la romana.
Los países de mayoría protestante no tenían un tribunal semejante, no obstante en los tribunales ordinarios se perseguía a los que discrepaban como los anabaptistas o los brujos
Una de sus características es que se admitía la denuncia anónima, lo cual daba lugar a una gran indefensión del denunciado, pues debía ser él el que probará que la denuncia era falsa sin conocer al que le ha denunciado.
El más conocido fue Girolamo Savonarola, un dominico muy influyente que instauro una democracia teocrática en Florencia, caracterizada por la persecución de los que no participaban de sus ideas, el fervor moral de sus seguidores produjo una situación permanente de vigilancia, espionaje y denuncias constantes, nadie que no viviera de acuerdo a su doctrina estaba seguro, se hizo vigente un principiodonde no haya motivo para proceder, hay que fabricarlo Torquemada es el más conocido en nuestro país, persiguió a los judíos conversos y a los herejes. La Inquisición desaparece en todos los estados donde funcionaba en el siglo XIX.
Pare entender a estos fenómenos hay que situarse en su contexto, analizarlo comparándolo con la situación actual puede dar una imagen errónea.
El poder desde el principio de su existencia, al ser absoluto en la mayoría de los casos, siempre ha perseguido a los que discrepaban pues los veía un peligro.
Estas persecuciones han permanecido hasta nuestros días, los regímenes no democráticos como el nazismo, fascismo o comunismo las han practicado, identificando a los que no participaban de las ideas del mismo.
Para averiguar y perseguir a los enemigos y discrepantes los gobiernos no democráticos necesitan personas que formen parte del pueblo y le informen, a estos “vigilantes” se les ha denominado de diferentes formas ya en la Alemania nazi existían los “chivatos”.
Los comisarios políticos de los regímenes comunistas fueron los que desde el primer momento vigilaban para que se cumplieran las esencias. Me acuerdo de la famosa película “El doctor Zhivago”, hay una escena en la que se ve al comisario político que se instala en la casa de este, junto con las otras familias, como le recrimina que tuviera un palacio donde podían vivir varias familias.
Cuba también tiene los famosos “chivatos” que informan al gobierno de aquellas personas contrarias al régimen y de las acciones que pudieran realizar en contra de este.
Vemos que las prácticas inquisitoriales, aunque se llamen de otra forma, han continuado, en este momento los nuevos Torquemada están hoy en España vigilando para que se cumplan las esencias de lo políticamente correcto o buscando en la vida y costumbres de sus enemigos para ver por dónde pueden pillarlos.
Lo políticamente correcto que no deja de ser una dictadura, opinar hoy en contra de determinados planteamientos ideológicos tiene sus riesgos.
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