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Microrrelato. El acreedor florido


Se llamaba Poquebe y estaba considerado como acreedor florido, pues, cada vez que iba a reclamar una deuda, obsequiaba con un hermoso ramo de flores: "Para aliviar la dolorosa al deudor", explicaba. El día de pago, Dadajoz, como era el cumpleaños de su novia, quería regalarle un ramo de flores. Esperó a que apareciera Poquebe. Satisfizo la deuda, se ahorró la compra y ella, complacida por las flores, estuvo muy complaciente y cariñosa.

 

 

 

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