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Historia de la educación especial en Málaga (II)


    El internado del Centro de la Milagrosa, dependiente del Patronato de Aspromanis,  acogía entre 80 a 90 residentes, era el único centro para discapacitados sin recursos de carácter mixto de Málaga y provincia, gran parte procedía de pueblos de la provincia, el resto eran alumnos del Centro “Fátima” o de “La Misericordia”.

   Lo llevaba una congregación religiosa compuesta de seis monjas, ayudadas por personal contratado para tareas de limpieza, lavandería, cocina y vigilancia y tutoría de niños durante los periodos extra escolares.

   Hicieron una gran labor pues estaban pendientes en todo momento de los residentes, por ejemplo, cuando venían de los pueblos después de las vacaciones del verano, a algunos incluso los tenían hasta que despiojar,  esto lo hacia una religiosa con gran cariño, además les proporcionaban ropa y calzado que pedían al Patronato, pues algunos de estos chicos procedían de familias sin apenas recursos que además tenían a su cargo al hijo discapacitado.

   La atención médica especializada la realizaba un psiquiatra que iba dos veces a la semana al Centro

   Una de las religiosas era ATS y atendía a aquellos alumnos que requerían tratamiento o algún tipo de atención como los epilépticos.

  Loa alumnos residentes procedentes de los Centros citados (Fátima o La Misericordia) que tenían una leve discapacidad o inadaptación social  o presentaban problemas de conducta o de otro tipo; en periodos vacacionales se quedaban en el internado pues no tenían familia conocida, a veces su número se aproximaba a más del 40% del total de internos.

   Esta situación que se repetía año tras año  indujo a las religiosas a intentar averiguar quiénes eran los padres, para contactar con ellos y animarles para que al menos, en los periodos vacacionales, los pudieran pasar con sus familias.

   Esta tarea tuvo una gran dificultad, para localizarlos tuvieron que ir numerosas veces al Registro Civil a los archivos de la extinta “Gota de Leche” o la “Casa Cuna”, a los centros de donde provenían,…

  Durante los años cincuenta al ochenta cuando una mujer soltera se quedaba embarazada y no se casaba con el padre, quedaba de alguna manera “estigmatizada”,  más en los pueblos donde todo el mundo se conoce, y como la salida de las mujeres en aquellas fechas era el matrimonio, muchas de ellas se quedaban solteras o quizá pasaban a una situación peor.

   Parte de estas madres sin  medios o recursos, que querían ocultar el embarazo o no tenían medios para atenderlos, los entregaban en la “Gota de Leche”, la entrega podía hacerse dejando los datos de la madre, aunque a veces pudieran ser falsos, otras los llevaban a la “casa cuna”.

   La religiosa que se encargó de localizar a las familias tuvo que andar de un lado para otro durante mucho tiempo  recabando datos para poder averiguar donde vivían, una vez localizadas hablaban con  ellas y si estaban de acuerdo los ponían en contacto con sus hijos.

   Hubo algunos casos, pocos,  que las familias no quisieron saber nada del hijo, pero la mayoría al final se personó en el internado para verlos y volver a establecer lazos familiares que antes no existían.

   Esta fue una gran labor desconocida, pero es justo señalarla pues se atendió y reeduco a los más pobres y con menos recursos, que de no haber existido este Centro no hubieran recibido atención durante esos años y se hubieran quedado en sus pueblos..

 

       Sigue…….

  

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