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De la moderación al desvarío


Hay veces, algunas veces, muchas veces. en las que en el cerebro irrumpen imágenes con pretensiones de convertirlo en su habitáculo...y lo hacen, se instalan en el mismo y no se mueven de él hasta el momento en el tú, de un modo o de otro, lo desalojas...y lo mejor de todo es el que estas imágenes, en la mayoría de las ocasiones, ni tú mismo sabes de donde han salido, sin son parte de tu lejana memoria o son versos sueltos de un relato que alguien "puso" en circulación y que se quedaron ahí como testimonio hiriente de la historia.

De este modo, hoy, pasados más de ochenta años, de la mano de una persona mayor, que no se si era mi padre o cualquier otro allegado, me adentro en una Plaza en la que se desborda una multitud hacinada sobre setos verdes, fuentes y bancos de piedra. En un balcón, no muy alto, de un edificio que se destaca de los demás, hay un hombre, redondo todo el, redonda su cara, redondo su cuerpo y redondo, también, su verbo, que parecía electrificar a las gentes...así lo vi, lo soñé o me lo contaron, pero el caso es que cuando aquel "hombrecillo", también me pareció bajo, pronunció su arenga final, que recuerdo y además está en la Historia, contenida en solo dos o tres palabras, "Estos son mis poderes" la Plaza se vino abajo, algunos, enardecidos, quisieron trepar al balcón y hasta aparecieron algunos hombres de armas, no se dé cual, que pusieron orden, eso sí, después de "arrear" algunos porrazos. Creo que había caballos...y alguien dijo, "vámonos, que esto es un desvarío...hasta aquí es lo que esas imágenes "visitadoras" que he citado trajeron a mi mente, a partir de esto, lo que escriba, ya es más de mi propia cosecha..."Estos son mis poderes", muchas veces, a lo largo de mi vida, he pensado que esta frase, tan sencilla e inofensiva, fue el principio de "algo" ni inofensivo ni sencillo" sino cruel y hasta inhumano. Habrá historiador, quizás, que se eche las manos a cabeza y que diga aquello de "¡Anatema! sin duda tendrá razón, pero esta es mi propia "reflexión"  ante aquello que vi, soñé o me contaron.

Las calles, las plazas y los jardines, aun mal cuidados y llenas de "cacas" de perro y otras no tan caninas, son y deben ser lugar se esparcimientos de ciudadanos, pero cuando a alguien se le  llena la boca al grito de "La calle es mía" puede pasar de todo en ella y si además de hacerla suya la invade con las gentes que previamente ha "soliviantado" la explosión puede ser "numantina", suficientes muestras de ello tenemos en la Historia. En España, bien que mal, entre nubes y claros, gobernaba el bipartidismo y mucha gente, entre ellos yo, deseaba un cambio que reverdeciera cosas "anquilosadas" y en el horizonte Lideres jóvenes de "aparente" gran valía, el uno más a "lo de siempre", aunque mejorado y el otro más a lo "duro"...Escribí sobre Pablo Iglesias, días antes, después de escucharlo, había comentado con mi hijo lo que me había gustado un tal Errejon, pero decía que escribí sobre Pablo Iglesias y acompañando a mis elogios me permití lanzar al aíre un ruego "Virgencica que no crezcan", que me recordaba a aquella Gitana que la pronunciaba al paso de los huérfanos de Guardia Civil, todos niños, pero con uniforme de "hombres"..."que no crezcan"...no sé cómo quedó "aquello"

pero tengo cierto temor a como pueda quedar "esto"...Arrojando abruptamente, aunque con modos democráticos, el lastre que pudiera significar y significaba su compañero de viaje, Iñigo Errejon, Pablo Iglesias se ha lanzado a abrir las calles al "pueblo", derribando, además, los "viejos Tabúes que pudieran "embridar" viejos errores...El pueblo, la gente, es maravillosa, pero ese mismo "pueblo" y esas mismas "gentes" gritaron un día "Vivan "las Caenas" y otro "A por el Señorito" o "A por el Rojo"...decían los viejos, más viejos incluso que yo , que las "Armas las carga el diablo"...Cuidado con las "armas" y algo más mortífero aun...las necesidades..."que haberlas hailas" ..

¡Ah! Y que conste que yo no pretendo criticar, digo nada más.    

 

 

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