Nuestra democracia se caracteriza, según el papel, por considerar la libertad de expresión un derecho, digo sobre el papel, pues se ha creado un estado de opinión, autentica ingeniería social, que cualquiera que critique determinados “dogmas” cae sobre él “anatema”, que en algunos casos, puede acabar con su muerte civil.
Me llegaron por ejemplo mensajes de Whasap pidiendo el boicot a la película “El guardián invisible” ya que en la misma tiene un papel secundario la actriz vasca Miren Gaztañaga, esta última fue una de las que aparecen en el sórdido programa de la Televisión vasca insultando a los españoles.
De paso quieren llevarse por delante a la protagonista Marta Etura, según lo que me he informado es una mujer que ha sabido compaginar su actividad como actriz con una vida personal discreta.
Pero ha cometido varios “pecados”, uno de ellos decir el año pasado que había que dejar gobernar a Rajoy ya que había ganado las elecciones, en otra ocasión también se pronunció en contra de Otegui, ella nació y creció en el país vasco, en un ambiente de miedo por las acciones terroristas de ETA y por tanto conoce la historia.
Al unirse al comunicado de la productora de la película desvinculándose de la actriz vasca ha recibido todo tipo de apelativos, entre ellos el de Wily Toledo.
Defender el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos, cuando no camina por los tópicos oficiales, puede ser tratado de “facha”, o católico ultra, etc…..
El estado de opinión que tenemos tampoco da buena imagen a los empresarios. Amancio Ortega, entre otros, ha sido señalado, ojala tuviéramos muchos así, un empresario que ha creado miles de puestos de trabajo en nuestro país no es bien considerado por algunos líderes políticos, igual ocurre con el propietario de la cadena de supermercados Mercadona.
Pero no acabamos ahí, hay otras muchas cuestiones sobre las que no puedes opinar diferente, de hecho probablemente, más de un periodista se autocensure ante determinadas noticias, más si depende un medio de los que crean estos estados de opinión.
Días atrás tuvimos la noticia procedente de la Asociación de la Prensa que denunciaba que hay periodistas coaccionados por Podemos.
Por otro lado no hay reproche alguno cuando se trata de los católicos, hay muchos millones de españoles que se confiesan católicos, los datos facilitados por Hacienda correspondiente al año pasado, que superan a los del año anterior, indican que entre los que declaran a favor, mas sus mujeres al ser muchas conjuntas, más los que no tienen obligación de declarar totalizan unos catorce millones.
Pues bien se ofenden de vez en cuando sus sentimientos religiosos a estos millones de personas, la última vez hace pocos días en el carnaval de Tenerife, aunque el fiscal ha intervenido, las últimas noticias señalan que no encuentra delito por tanto se archivará.
Hasta la fecha no se ha producido en España condena alguna por hechos de este tipo o semejantes a pesar de estar tipificado en el Código Penal, artículos 523 a 525. Por cierto estos espectáculos no se atreverían a hacerlo con los musulmanes, ni yo tampoco lo deseo pues hay que respetar a todos.
Podemos ha pedido eliminar la misa de TV2, que oyen muchas personas impedidas o mayores que no pueden desplazarse a la iglesia, se añade que el Sr. Julio Rodríguez, ex – jefe del Jemad, también pide se supriman los capellanes militares, pues bien en las redes sociales ha habido de todo: defensores y opositores de este planteamiento, se ha atacado como es obvio a los que defienden que la misa siga en la programación,
La última ha sido la del concejal de Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato que tildaba de “gentuza” a quienes declaran en las redes sociales acudir a misa.
Se cuenta una anécdota del profesor Tierno Galván cuando fue alcalde de Madrid, era agnóstico, cuando pretendieron quitar el crucifijo de su despacho, contesto: “la contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde está”. Esta frase no es más que una muestra del espíritu que reinó cuando se produjo la transición, hoy vamos por otros caminos.
Conclusión: no se puede salir uno del “guión” salvo que se quiera exponer a la condena furibunda de lo “políticamente correcto”, vamos al “pensamiento único”, mi impresión es que hemos rebajado nuestras libertades lo cual resulta impensable comparándolo con las que existían en decenios anteriores, así nos va.
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