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La sentencia de Guadalupe


       El gran problema que tenemos actualmente, después del paro, es el catalán; hay en marcha un gran envite para intentar alcanzar una mayoría en un referéndum ilegal que le permita lanzar un grito de independencia, que no lleva a ningún sitio.

     Existe una masa de catalanes que apoyaría el “si”, es la consecuencia de tres factores, el dominio que tienen los independentistas de los medios de comunicación,  la larga labor que se ha hecho en las escuelas vendiendo  una historia manipulada permitida por la transferencia de la educación, que nunca se debería haber realizado, y el mito  “España nos roba”.

   El último se le fue de las manos con el escándalo del Sr. Puyol y sus hijos y presuntas corruptelas del 3% pero los otros siguen ahí.  España siempre ha apoyado a Cataluña a lo largo de los siglos y les ha sacado las “castañas del fuego” en  los momentos difíciles, como es lógico y natural al fin y al cabo son españoles.

   Hay una sentencia muy interesante, se produjo al final de la Edad Media y resolvió el gran problema de los payeses y sus señores feudales, su iniciativa partió del rey Fernando II de Aragón El Católico que no solo la impulsó sino que se preocupó de llevarla adelante.

   Este fue un gran Rey, de hecho Maquiavelo basa su obra “El Príncipe” en él,   porque a su juicio reunía las cualidades principales de la virtud política, pero veamos como sucede y lo que da lugar a la sentencia de Guadalupe

   Los campesinos catalanes como todos los sometidos a un régimen feudal tenían dependencia del señor feudal, pero en este caso era más grave.

  Estos campesinos llamados de “remensa” estaban adscritos a la tierra de su señor, de forma que si querían salir tenían que pagar su redención, era de hecho un sistema de esclavitud.

   Había dado lugar esta situación a revueltas campesinas con graves perjuicios para la economía y la convivencia de la sociedad catalana.

   Los monarcas anteriores a este Rey titubearon y dieron pasos adelante y hacia atrás sin resolver el problema y en algunos casos la agravaron, por ello  durante el reinado del rey Fernando II El Católico se emitió la sentencia, después reunió a los representantes de los señores y los payeses en el Monasterio de Guadalupe para promulgarla y explicarla.

   La misma abolía la “remensa” y otros malos usos derivados de la misma además de otros derechos abusivos fruto de la costumbre, había varios:

   La “Exorchia”, esta permitía la Señor quedarse 4/5 parte de los bienes del payes sin moría sin descendencia.

   La “cugurcia” que establecía que si la mujer del campesino era acusada de adulterio, si no era conocido por el marido el Señor tenía derecho a repartir los bienes de la mujer con el marido y si lo sabía y el había incitado a su mujer el Señor se quedaba con todos los bienes de la mujer.

   El “arsia”, que señalaba que si se producía un incendio o una catástrofe en su predio debía pagar al Señor una compensación.

   Por último la “Firma de spoli”  consistía en el abono de unos derechos de boda que el padre de la novia debía pagar a su Señor, esto último pudiera ser una forma encubierta del llamado “de pernada” si bien es cierto que no se ha encontrado ninguna disposición o apartado legal que lo recogiera.

    La sentencia regulaba aspectos como los pagos de los campesinos señalando la forma y plazos detallados, los emolumentos de los funcionarios regios que habían intervenido en las negociaciones que debían pagar señores y campesinos y una serie de cuestiones más.

    El rey Fernando hizo un seguimiento de su cumplimiento enviando emisarios reales y combinando medidas represoras y de gracia. Es cierto que la sentencia continua todavía debatida, pero lo que está demostrado es que acabo con el problema.

    No sé si esta sentencia y estos hechos se explican en las escuelas catalanas al hablar de la Edad Media y de los reyes de España

   Una de los objetivos que persiguen, entre otros, los independentistas es que su Tribunal Superior sea el que dirima todas las cuestiones derivadas de todos los aspectos de la vida política y social, con los magistrados elegidos por los políticos catalanes y así quitarse de encima a nuestro Tribunal Constitucional.

   Esta columna sobre la sentencia de Guadalupe es una prueba que demuestra que la existencia de un Tribunal Superior fuera del ámbito catalán o de cualquier comunidad es una garantía para los catalanes y españoles.

 

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