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El ambiente escolar


       Hemos tenido noticias hace pocos días de la agresión de un alumno que con un cuchillo ha agredido a varios compañeros de clase, es una noticia insólita en nuestro país, si hubiera sucedido en EEUU, donde se han dado algunos casos, es probable que no nos hubiera sorprendido.

    Se trata de un alumno brillante, con un buen expediente académico y hasta el incidente ha tenido una buena conducta.

   ¿Qué ha pasado? No lo sabemos, se descartan problemas sentimentales más que nada porque la primera agredida era una alumna, está probado que no tenía relación afectiva con ella.

   Se habla de un posible acoso, aunque esto está por verificar, si bien en las últimas noticias se refuerza esta hipótesis sin descartar un problema de posible perturbación mental, el alumno ha manifestado a la Guardia Civil que recibía constantes mofas por sus buenas notas, esto lo han confirmado varios compañeros, señalan que procedían  de algunos alumnos.

   Este asunto ya lo señale en una columna anterior, “El fracaso del superdotado”, indicaba en la misma que hay un porcentaje de alumnos de estas características, que evitan destacar para no llamar la atención y le pongan determinados epítetos: “empollón” y semejantes, nuestro sistema educativo no fomenta la excelencia

   Una profesora de Marchena ha escrito una larga carta denunciando como está el ambiente escolar en los centros, este tema me lo llevan tiempo comentándolo antiguos compañeros que trabajan en secundaria, en este nivel hay un porcentaje de alumnos que no quiere estudiar, la única alternativa que les queda a estos docentes es “aguantar” como denuncia la profesora de Marchena.

   Se bajan los niveles para que la mayor parte los alumnos avancen, se practica un buenismo fomentado ahora por los llamados “padres helicópteros”, así se denomina a los padres sobreprotectores que evitan por todos los medios que sus hijos tengan alguna frustración o problema, sabemos que el resultado final es crear adultos inmaduros que serán inadaptados socialmente.

    La frase a este respecto que entrecomillo de la carta de la profesora es demoledora: “estoy harta del proteccionismo de los padres, que quieren que sus hijos aprueben sin esfuerzo y sin sufrir, sin trauma”

    La carta de la profesora no tiene desperdicio, dice más cosas,  entrecomillo algunas, aunque la lectura completa de la carta que recomiendo, es muy ilustrativa del ambiente escolar: “Estoy harta de aguantar la mala educación con la que llegan, cada vez en mayor porcentaje, los niños al Instituto”

  “Las 67 propuestas de mejora de la Educación famosas no vienen sino a machacarnos todavía más. ¿Qué vamos a hacer cuando a un alumno no lo podamos expulsar unos días por mal comportamiento? Además, tampoco está bien visto que lo pongamos a barrer o hacer tareas para la comunidad…el padre no quiere que humillemos a su hijo”.

    El primer párrafo entrecomillado señala un gran problema, la mala educación de un porcentaje de los alumnos, esto desde mi punto de vista es el resultado de padres protectores que educan a sus hijos en muchos derechos y sin deberes sociales.

    La segunda frase es muy fuerte, la estamos viviendo en los casos de acoso, que cada vez abundan más, lo primero que habría que hacer es que cuando haya una situación de acoso los primeros que tenían que salir del centro son los acosadores y no el alumno acosado que es la víctima, para estos puede constituir incluso un “triunfo” que su rival salga del colegio, pero el buenismo está ahí.

   Se han producido denuncias de padres por pequeños castigos que se han puesto a sus hijos, algunos muy justos, pero rechazados por estos y reforzados a veces por la administración cuando las han denunciado, buenismo una vez mas.

   Me acuerdo de un caso que viví personalmente hace ya muchos años sobre el que tuve que  hacer un informe que se me pidió.

   Había un alumno muy conflictivo que generaba constantes problemas de convivencia en el centro, un día en el patio organizó una trifulca y como no hacía caso a los profesores de patio llamaron al director, este empezó a llamarle la atención, el alumno no le hizo caso le insultó y le dio un empujón produciendo la caída de este.

    Este suceso ocurrido delante de los alumnos exigía una respuesta inmediata y efectivamente se produjo, se llamó a su madre y se lo llevó.

    El asunto no acabó ahí, en esa fecha ningún alumno no podía ser expulsado del centro sin la propuesta del Consejo Escolar, el director podría haber sido apercibido, por ello tuve que hacer un informe que se me pidió, entrevisté a todas las partes, evidentemente señale que no había otra alternativa.

    Urge hacer un gran debate sobre la educación y los primeros que deben participar son los maestros que día a día están al cargo de la educación de los alumnos, concienciar a los padres que deben colaborar con los centros y lo más importante: confeccionar un plan educativo consensuado con todos los partidos que estabilidad a la educación.

  

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