Publicidad

La buena noticia. Bocairente


    Bocairente es una preciosa ciudad de la provincia de Valencia. Estos días ha salido en todos los telediarios con motivo del parto de un niño en medio de una gran nevada.

     Este antiquísimo pueblo, heredero de un montón de culturas desde el neolítico, se hizo grande durante el paso de los musulmanes por la zona. De ellos tomó su nombre de inspiración totalmente árabe (Bekirent).

    Lo que no conoce el común de los mortales es la vinculación (por lo menos en lo afectivo) de Bocairente y Málaga. Todo nace de su mayor industria, la de fabricación de mantas, hoy desgraciadamente casi desaparecida. Lo que le permitió conseguir en el siglo XVI el título de Real Fábrica de Mantas, de manos de Felipe II, ni más ni menos.

   Allá por el principio de los años setenta, tuve la oportunidad de contactar con el principal fabricante de mantas bocairentino. Me nombró su representante en Málaga. Iniciamos nuestro negocio con una visita a Málaga; con “ca er Cabra” como lugar de encuentro. Los chanquetes y los espetos crearon un vínculo entre nosotros que ha perdurado hasta el día de hoy. Ora en el cabra, ora en “Miguelito el cariñoso”, se cerraron las mejores operaciones de venta que llenaron Málaga de mantas de Bocairente. En los tiempos en que se vendían mantas españolas.

    No todo era negocio. Aquellos días de la gran inundación de Málaga, allá por finales de los 80, cientos de mantas bocairentinas vinieron gratis a nuestra ciudad para ser repartidos entre los necesitados. Ojo, sin pedírselas siquiera.

    Pero mi buena noticia de hoy me voy a permitir basarla en mis recuerdos vitales. Un pueblo precioso, en medio de la Sierra Mariola, separado de la carretera general por un puente defendido por la estatua de un lugareño que ha cambiado el abrigo o la pelliza por una manta que le cubre la cabeza y la espalda. Siguen manteniendo una preciosa plaza de toros incrustada en la montaña donde el encargado de la puerta de corrales viste ropa malagueña. En lo más alto del pueblo se ubica una iglesia antiquísima donde se celebra en estos días la fiesta de San Blas, el patrono del pueblo y de los que tenemos una garganta débil.

   En estos días también se viven las tradicionales fiestas de moros y cristianos. Vestidos con sus mejores galas se pelean por conquistar un castillo sito en la plaza principal. Esta lid les permite inflarse a comer y  beber, así como realizar la fusión de todo el pueblo. Sin acepción de personas ni economías, de pobreza o de riqueza, de patronos y de obreros.

     La filá de los Contrabandistas va pertrechada de mantas y trabucos al estilo rondeño y unos catites adquiridos en la malagueña casa de Pedro Mira. Los malacitanos que, como yo, hemos aparecido por aquellas tierras, hemos podido disfrutar de la hospitalidad de aquellas gentes. En alguna ocasión, creo que en todas, he terminado el día en alguna de los hogares de las diversas filás, desfilando con un sable o tocando los platillos de una de las muchas bandas de música. Allí suena “Paquito el Chocolatero” de otra forma. La venta “el borrego”, el hotel de la Estación o la cercana Agres, en cuya fonda me he ventilado las mejores paellas de mi vida (que son muchas), son para mí recuerdos imborrables.

     La nieve y una ambulancia trasladando a una parturienta a la cercana población de Onteniente en medio del temporal, me han retrotraído a mis vivencias de aquellos años en que las mantas eran un nexo de unión entre los malagueños y las buenas gentes de Bocairent. Termino prometiendo que en cuanto pueda volveré a rematar la paella con una copa de ese licor de hierbas que resucita a los muertos.

Esta es la auténtica fusión. Moros y cristianos revueltos. Todas las filás juntas. Moros y cristianos del bracete. A ver si aprendemos.

 Vitol al Patrón Sant Blai.

 

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.