Publicidad

La hora en España


En el año 1884 se establecieron los husos horarios (24 zonas, y tomando como punto de referencia el Meridiano 0 o de Greenwich) en el transcurso del Congreso internacional del Meridiano realizado en Washington, configurándose, pues, una hora de referencia mundial: el Tiempo Universal Coordinado (UTM). Tras la aprobación unánime de dichos husos, España adoptó el que por su situación geográfica le correspondía, es decir, el mismo horario que el Reino Unido, Portugal o Marruecos. El horario en Canarias no se legisló hasta 1922, cuando se decidió poner al archipiélago también en el horario de su huso, esto es, una hora retrasado con respecto al de la península. Así estuvo nuestro país, rigiéndose por el horario solar, hasta el 16 de marzo de 1940. Por una orden ministerial, aprobada por el Gobierno de Franco el día 7 del mismo mes y año, en España se adelantaron los relojes una hora más (incluida Canarias, aunque mantenía una hora menos que el resto de nuestro país) para así tener el mismo horario de la Italia de Benito Mussolini y de la Alemania de Adolf Hitler. El motivo de dicho adelanto fue debido a la simpatía que Franco les tenía a ambos dirigentes. Aunque en la ya mencionada orden ministerial también se decía que “oportunamente se señalará la fecha en que haya de restablecerse la hora normal”, nunca llegamos a regirnos los españoles por la hora solar, es decir, han transcurrido 76 años y continuamos teniendo en España (excepto en Canarias por su huso horario, aunque también continúa manteniendo 60 minutos de adelanto) la misma hora que Francia, Italia, el Benelux, Alemania, Dinamarca o Noruega y demás naciones de Centroeuropa, países estos que pertenecen a otro huso horario. Sin embargo, la Unión Europea (UE) aconseja permanecer en los horarios que a cada nación le corresponda, ya que ello favorece el ahorro energético. Sin embargo, España continúa siendo la única excepción en el continente europeo al mantener el horario de Europa central y no el suyo.

En su día científicos del Reino Unido estudiaron, en varias ocasiones, nuestro horario para saber si le convenía a su país tener la misma hora que en España. Al final de dichos estudios comunicaron que, si adoptaban el horario español, aumentaría el consumo energético y la emisión de dióxido de carbono. Por consiguiente, sería deseable que España (península) volviera al horario correspondiente al huso de Greenwich. Si esto se llevara a cabo, el archipiélago canario debería tener una hora menos que el resto de España, ya que está encuadrada, como ya expuse, en otro huso horario.

El Congreso aboga por que el Estado español adopte el mismo horario que Portugal, Canarias o el Reino Unido. Esta es la petición que la Comisión de Igualdad de la Cámara trasladó al Gobierno y que forma parte de un amplio informe sobre "la racionalización de los horarios, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, y la corresponsabilidad", elaborado por varios expertos y consensuado por los partidos.

Para volver a nuestra hora solar o al huso de Greenwich sólo bastaría con no adelantar una hora los relojes la noche que se inicia el próximo horario de verano (madrugada del 26 de marzo de 2017). Obviamente, en la madrugada del 29 de octubre de dicho año se retrasarían los relojes una hora (la del “horario de verano”).

En cuanto al llamado “horario de verano” sabemos que durante la I Guerra Mundial el káiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora (una más) el 30 de abril de 1916 (desde abril hasta octubre) y de forma intermitente, aplicándose también esta normativa en los países aliados con el káiser, así como en las zonas ocupadas, aunque varios países beligerantes y neutrales de Europa, incluida Rusia, esperaron al año siguiente. Esta medida se implantó para prolongar la actividad industrial y para ahorrar carbón. A partir de la década de los 70 fue más continua, extendiéndose progresivamente hasta las más de 60 naciones que la adoptan hoy, muchas de ellas siguiendo las directrices de la Comisión Europea.

En 1981 la UE aprobó una directiva comunitaria, estableciendo que el cambio de hora (horario de verano) en sus estados miembros comience el último domingo de marzo y finalice el último domingo de septiembre. España adoptó dicho cambio horario en 1988. Posteriormente, en el año 1996 se pasó de septiembre al último domingo de octubre.

El Parlamento de Baleares aprobó el pasado día 24 de octubre mantener el horario de verano durante todo el año, y el 27 del mismo mes desde las Cortes Valencianas se instó al Gobierno central a que mantenga en dicha Comunidad, también durante todo el año, dicho horario. Si seguimos con esas maniobras políticas, cualquier otra Comunidad Autónoma podría exigirle al Gobierno de la nación que al horario de verano se le sume una hora más, manteniendo el que ya se impuso allá en el año 1940. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no piensa igual que los baleáricos y los valencianos, ya que él defiende un huso horario único para el Estado español, aunque le parece perfectamente posible debatir acerca de cambiarlo a nivel global en España. Obviamente, no estoy de acuerdo con dicho mandatario en lo que respecta a las Islas Canarias por hallarse esta Comunidad, como ya referí anteriormente, en otro huso horario. Hoy por hoy este control del tiempo es lo que tenemos desde hace 132 años. “Los Estados del mundo, refiere el profesor César M. Ballesteros, deberían tener presente que los husos horarios se aprobaron para establecer un orden temporal de acuerdo al sol y, por tanto, a la naturaleza”.

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.