Hace algunos días apareció la noticia que señalaba que en España no se sabe cuántos superdotados hay, e incluso se dan casos de alumnos de estas características que no son detectados.
Días atrás en una columna reciente: “Un mundo feliz” señalaba, que en el libro publicado por el Sr. Harari, este afirma que en el futuro habrá una élite muy inteligente que dominará las sociedades y que los seres humanos son algoritmos.
Nuestro cerebro está regido precisamente por múltiples algoritmos (que es un conjunto de operaciones ordenado y finito para obtener la solución de un problema), gran parte de ellos son inconscientes y precisos como son las respuestas instintivas, me explico: en alguna ocasión, sin darnos cuenta, aproximamos una mano a un punto caliente, automaticamente la retiramos del fuego, nuestro cerebro ya tiene este algoritmo procesado y sin intervención consciente por parte nuestra responde a un estimulo con una acción, en este caso retirando la mano ante la fuente de calor.
Otro muy sencillo, si al caminar tropezamos y nos caemos hacía adelante, instintivamente extendemos los brazos para amortiguar el golpe, es una respuesta automática, es en síntesis una respuesta instintiva o lo que viene a ser lo mismo un algoritmo, podría citar algunos centenares más.
Pero igual ocurre con los procesos conscientes, veamos un sencillo ejemplo: una persona tiene intención de comprar unas cortinas de color blanco y de bajo coste, en este caso intervienen varias funciones mentales.
Entra en la tienda, primero indaga la zona donde están las cortinas, después identifica las de color blanco, analiza los precios, compara las que tienen un precio semejante, al final se decide por la que estima más acorde con su interés, vemos que nuestro cerebro ha realizado una serie de operaciones mentales, identificar, comparar, sintetizar … por supuesto ordenadas y finitas.
Estas funciones las hacemos en decimas de segundos o menos, sin embargo hay diferencias como no podía ser menos, unas personas toman las decisiones con mucha rapidez, otras tardan más tiempo.
Las personas con alta dotación intelectual se caracterizan por la gran rapidez con que procesan la información y obtienen la respuesta adecuada.
Se debe a que tienen una gran eficiencia para manejar la información que reciben y como consecuencia llegan antes a la solución final; sus procesos cognitivos son muy efectivos. La capacidad de llegar rápidamente a la síntesis es precisamente un rasgo de inteligencia alta así como un desarrollado sentido de la observación.
Tienen una gran capacidad de generalización pues son capaces de seleccionar la información relevante de los problemas y utilizar las estrategias necesarias para resolverlos y además saben si el resultado es el esperado.
Estas capacidades se manifiestan precozmente, así nos hemos encontrado con niños con dos o tres años que leen, o manejan un vocabulario rico y complejo, o hablan varios idiomas con pocos años o tocan el piano con gran destreza…, pues ya sabemos que hay ocho tipos de inteligencia y la precocidad puede manifestarse en cualquiera de ellas; hay muchos más rasgos que sorprenden y llenan de satisfacción a sus padres.
Desde decenios, por aquello del paradigma de Rousseau del que hable en otra columna recientemente, se pensaba que todos los niños nacían iguales y que su progreso y sobredotación era la consecuencia de vivir en un medio adecuado y estimulante.
Las numerosas investigaciones de la neurociencia han puesto de manifiesto que el niño superdotado aparece por la interacción de factores neurobiológicos que se transmiten por herencia, es decir nace con ellos y además el medio donde vive, cuanto más rico en estímulos y motivante sea, más influirá de manera importante en su desarrollo, se considera que los factores herencia – medio están al 50%.
Se han realizado abundantes investigaciones sobre la inteligencia del superdotado, recojo alguna de las conclusiones a que se ha llegado.
El cerebro de los niños superdotados tiene un desarrollo diferente al de los considerados normales, se nota en los primeros que hay una mayor plasticidad por lo que se adapta y procesa mucho mejor los estímulos que recibe.
Las técnicas de neuroimagen han puesto de manifiesto que los superdotados consumen menos energía y son más eficaces en la resolución de tareas.
Thompson afirma haber encontrado áreas cerebrales con mayor tamaño en niños superdotados y un ritmo diferente de crecimiento cerebral.
Hay más investigaciones que ponen de manifiesto las diferencias; concluyendo: el superdotado nace y se hace, sus procesos mentales son sumamente eficientes, en nuestro país no se detectan todavía a todos aquellos niños que presentan rasgos de precocidad intelectual, por ello hay que identificarlos, educarlos y estimularlos desde la infancia pues son el activo inmaterial de las sociedades
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