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Mejor sin gritos


“Cuan gritan esos malditos..." No se preocupen, ni soy Don Juan Tenorio ni uso espada, pero confieso que no me gustan la algaradas callejeras, aunque he de reconocer que allá por mis años mozos, que se remontan  a los años que partían el siglo pasado..."Yo también he corrido tras manos sacerdotales y..." escribí en uno de mis primeros Poemas y también, en el mismo tiempo, corrí alguna vez delante de los "grises".

Unas veces se corría delante de los "grises", las calles de toda España sintieron en su suelo  el fragor de esas carreras, aunque sean Madrid, su Ciudad Universitaria y su calle de San Bernardo, las más "favorecidas" por sus ecos y otras veces se sufría el acoso mediático de cualquier "aficionadillo" a la pluma, sin más "gloria" que vestir camisa azul. Recuerdo que en Albacete, en cuyas calles también corrí, había un músico, que era tan malo componiendo como escribiendo, que desde la tribuna a la que le había aupado su falangismo, pedía "máquinas de coser" para aquellos "estudiantillos." Se gritaba mucho entonces y siempre por la misma causa, exigencia de  "LIBERTAD" que como todo el mundo sabe no pudo conseguirse hasta la muerte, en su cama, de quien nos privaba de ella...pero ahora esa libertad existe, aunque en su "piel" tenga muchos lunares, por lo que no comprendo a ese grupo de estudiantes, a los que no se me ocurre llamarles "estudiantillos" , que pudieron enfrentarse a profesores y bedeles, con sus caras "tapadas" e impidiendo lo que en otros tiempos si faltaba, libertad para expresarse, sin que en ningún momento apareciera una "porra" o un "casco" para expulsarles. Si, ya sé que la Universidad no puede ser hollada por las fuerzas policiales, pero tampoco podía serlo en aquel entonces, y lo era. 

Es evidente que no estoy a favor de esas algaradas, como tampoco lo estaría de que alguien o alguno se erogara el derecho a impedirme el expresarme con entera Libertad, ya hubo un tiempo en el que el "censor" de turno me devolvió un escrito tachado en rojo, preguntándose  que significaban los puntos suspensivos que sobraban al final de una frase, había puesto cinco en lugar de los tres "habituales" ese era el "motivo" de su preocupación, por lo que pudiera haber "escondido"  detrás ellos. Después de logrado el objetivo de que el Acto se suspendiera "aquellos polvos nos trajeron estos lodos" y aquí

estamos entre acusaciones y sospechas de quien o quienes promovieron el "escrache" en la Universidad, pero el hecho  trae a mi memoria la afirmación que, creo, Quevedo hizo con motivo del asesinato de cierto Conde de su época, y cito de memoria, "Que el matador fue Bellido y el impulso Soberano". Las consignas y pancartas que los alborotadores esgrimían, quizás, no fueron escritas y dictadas por el que todo el mundo está pensando, pero es evidente que cada " Slogan" que allí se gritó o exhibió había salido, con anterioridad, de la misma boca...que los alborotadores fueron otros, pero el impulso....sobran las palabras.

¡Ah! Y que conste que yo pretendo criticar...digo nada más.

 

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