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El cuento de la lechera


Estimado amigo Pepe Sarria, iba a comentar tu artículo en este medio, como de costumbre, magnífico,  y me he puesto a escribir, pero ya sabes, me enrollo más que nuestro querido alcalde cuando le dan un micro, así que he decidido recomponer el comentario y elevarlo a la categoría de artículo de opinión. 

Esta confrontación cainita, afortunadamente ya finalizada,  entre miembros del PSOE, a nadie, ni a tirios ni  a troyanos, nos puede llenar de alegría por la mala imagen de “la genus consilium” (casta política de ambos bandos) dada este sábado. Es el estallido final de un conflicto larvado de esos que existen en todos los partidos. Algunos no salen a flote y se arreglan internamente, mas este, no solo ha salido a flote, sino que ha sido cataclismo originado por el choque de dos placas tectónicas, que ha originado un tsunami, que se ha llevado por delante todo lo que ha encontrado a su paso.

Es cierto que Pedro Sánchez "cumplía órdenes" del Comité Federal del partido con su NO ES NO a Rajoy, pero, también debía cumplir otra orden que se le dio. El Congreso Ordinario aplazado, sería "después", cuando exista  "un gobierno".  Esa orden no la cumplió, convocó el Congreso-Terremoto extraordinario, consecuencia de las primarias, poniéndole fecha y hora. Eso provocó el tsunami.

A nadie se le escapa que esa orden, era el tapón para que Sánchez no intentara un gobierno "de progreso" (sic), el único con el que salían los números, con PODEMOS, CIU, CC y PNV, además de la abstención de Esquerra  y Bildu, el bien llamado gobierno Frankestein por  su compañero, que no amigo, Rubalcaba. 

Sánchez que ya tenía enjaretado ese gobierno en ciernes de forma discreta, después de sus conversaciones con los diferentes líderes de todas las formaciones. Una muestra querido Pepe de lo adelantado que estaba todo. Con Rajoy habló 5 minutos, con Francesc Homs de Convergencia ¡¡ Una hora!!  Coño, para decirle: “Francesc, negociar algún tipo de referéndum  fuera de la Constitución, es línea roja”, no hace falta una hora.  Prosigo. Sánchez, visto como estaba el patio de los pactos ya apalabrados y los movimientos discretos de su amigo Iceta en Cataluña, para obtener firmeza y  respaldo a sus intenciones necesitaba dos cosas a) el apoyo de los militantes mediante unas primarias, -a las que sabía que su competidora Susana no se podía presentar- para que lo reeligieran secretario General, algo así como un voto de confianza, lo cual le daba la excusa para  b)  que un nuevo Congreso lo elevara a los altares socialistas como jefe supremo per secula, un San Pedro que le permitiera afianzar su poder en el PSOE, hasta ahora muy discutido por su forma de actuar y por los resultados electorales.

Una vez investido de la tiara suprema del puño y la rosa, legitimado y sin oposición interna, destaparía su gobierno Frankestein ya apalabrado y si el tiempo lo permite -como en los toros- porque el calendario le iba muy justo, forzar una investidura express (antes del día 30). En caso contrario, ir a unas terceras elecciones esperanzado en  que el conflicto interno en PODEMOS y ser el representante de la progresía izquierdista de este país, es decir líder de un nuevo Frente Popular anti PP/Rajoy (un nuevo Azaña) le permitiera una subida en votos y ganar la Moncloa. En definitiva el cuento de la lechera.

Susana -que no es tonta- y aspira a lo mismo, le ha cogido el tranquillo (en el buen sentido) y le ha roto el cántaro. Eso sí a martillazo limpio y en la plaza pública y virtual. Podía haber sido un pelín más comedida. O no, igual le viene bien primero romper y luego coser. ¿Quién sabe? No da puntada sin hilo.

 

 

 

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