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Las supersticiones


      El mes de Septiembre ha tenido un martes y trece que es un número que siempre ha causado temor e inseguridad a un porcentaje de personas.

    ¿Pero que se conoce con este nombre?, según la RAE, la superstición es una creencia que resulta contraía a la razón y ajena a la fe religiosa, el supersticioso cree que ciertos fenómenos disponen de una explicación mágica o mística.

      Hay muchas personas que creen en determinadas supersticiones todavía en el siglo XXI y de hecho existen “magos”, “ adivinos”,  “videntes” para dar solución a los “hipotéticos” problemas que les consultan, basta ver  los canales de televisión que se dedican a estas cuestiones, como echar las cartas, averiguar el destino, conjurar maleficios, etc.…

     Me acuerdo que cuando tenía más o menos doce años, a mi abuela iba todos los días a arreglarle el pelo una “peinadora” que era una figura que había en algunos pueblos donde no había peluquerías de señoras, esta se pasaba por las casas realizando estas tareas. Pues bien un día el maletín donde llevaba los elementos necesarios para realizar su trabajo tenía un espejo, resulta que se cae el maletín y el espejo se rompe. Mi abuela señaló que era un mal presagio que causaba desgracias, pues cosa curiosa, la peinadora se murió de forma repentina cuatro o cinco días después, mi abuela achacó su muerte a la rotura del espejo.

   Veníamos en otra ocasión de un viaje con unos amigos, empezó a llover y abrimos los paraguas, pues bien llegar a la casa de este amigo, por despiste entré en la misma con el paraguas abierto, me advirtieron que lo cerrará inmediatamente.

   Hace ya bastante años en un congreso al que fui invitado en Italia, comíamos los ponentes juntos, uno de ellos era una persona muy conocida, cuyo nombre no voy a citar, estaba sentado a mi izquierda y se me ocurrió servirle el vino con esta mano y de lado, me dio un golpe en la botella para que la levantara y no cayera el liquido en la copa, me dijo “que era mal fario”.

    El origen de la superstición del espejo roto viene de Venecia, hasta el siglo XV, los espejos utilizados eran piezas de metal, pues bien empezaron a construir espejos con vidrio colocando en una parte de los mismos una lámina de plata, tenían un alto coste, solo los podían poseer los ricos venecianos, pues bien si el sirviente al limpiarlo lo rompía se le castigaba a trabajar siete años sin salario, de ahí viene las creencia de la mala suerte derivada de la rotura de un espejo que dura siete años. 

  El origen de la superstición del paraguas viene de Oriente, el paraguas al abrirse interrumpe el itinerario del reino de la luz (el Sol), solo se permitía su uso para dar cobijo y protección fuera de la casa, como por ejemplo cuando llueve, abrirlo dentro de esta constituye para los que creen en ella una doble provocación ya que afecta a la dignidad de los dioses y al libre curso del reino de la luz; aunque hay otra más racional y es la derivada del uso del mismo pues puede producir accidentes.

   Respecto al origen de la superstición que señala que servir el vino con la mano izquierda trae mala suerte, es para los que creen en ella, una señal de traición y además una falta de respeto a la persona a la que se sirve el vino, la mano izquierda o “siniestra” está en el fondo.

   Hay cientos de supersticiones que aún permanecen, citarlas sería largo, señalo las tres incidencias con las que me he encontrado y en el caso de la última, la del vino,  la persona que creía en ella era muy inteligente lo que me sorprendió.

   ¿Por qué permanecen en la actualidad? Por el sentido de la trascendencia, el hombre más pronto o más tarde quiere saber que hay después, conocer el futuro y de eso viven los adivinos, clarividentes, psíquicos, astrólogos, etc..  Quizá parte de la inseguridad está en el azar, sabemos que este de vez en cuando está presente y causa problemas aunque hayamos previsto todas las circunstancias y problemas que se pueden presentar.

    Por ello hay hombres con gran poder: magnates, políticos, estrellas, … que acuden a los servicios de estas personas para consultarles o para que le den lo que pueda contrarrestar una racha de mala suerte o “mal fario”.

   El hombre, por mucho que avance la ciencia, no puede evitar el azar, de vez en cuando tenemos noticias e sucesos que han acaecido por circunstancias azarosas e imprevistas.

    La superstición siempre existirá, forma parte del ser humano., no hay que olvidar nuestra parte espiritual y por eso antes o después buscamos ansiosamente respuestas a muchas cuestiones que se nos escapan

  

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