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La zurdería


      Nuestra gran campeona olímpica Carolina Marín es zurda, maneja la raqueta y juega con la mano izquierda, lo cual a la hora de competir le da una pequeña ventaja si su contraria es diestra, el genial extremo del Madrid Paco Gento también era zurdo y por ello era imparable cuando corría por el extremo izquierdo; a lo largo de la historia han existido auténticos genios que eran zurdos: Leonardo da Vinchi, Einstein, Napoleón, Beethoven, Aristóteles, ….     .

      Todo el mundo sabe lo que es la zurdería, sabemos que hay un porcentaje de personas que manejan esta mano así como el pie y el ojo.

      Las personas tenemos dos hemisferios cerebrales, el  izquierdo controla la zona derecha del cuerpo  y el derecho la zona izquierda, lógicamente uno tiene que predominar sobre el otro y en la mayoría de las personas el dominante es el izquierdo por eso las personas son diestras, las personas zurdas con dominancia del hemisferio derecho su porcentaje es menor.

      La dominancia no afecta solo a la mano sino al pie, ojo y oído; tenemos un ojo dominante y el otro amplia el campo de visión completando al primero, igual ocurre con el oído

      Los estudios estadísticos señalan que el porcentaje de zurdos oscila entre un 8 y un 13% de la población, se da en todas las razas y afecta más a los hombres que a las mujeres. Se barajan muchas causas sobre el origen de esta dominancia cerebral, no voy a entrar en ellas.

      Pero hay un tercer tipo y son los que tienen la lateralidad cruzada, en estos casos la dominancia está repartida entre los dos hemisferios, pueden ser diestros de mano pero no de pie, o de ojo o de oído

     La zurdería ha sido mal vista históricamente, en la Edad Media eran discriminados y a veces  agredidos y tenían menos posibilidades de casarse,  en el mundo islámico se consideraba al zurdo como algo sucio, a la mano izquierda se le asignaba como la “siniestra”; pero esta cuestión llego hasta nuestro pasado reciente, me acuerdo que cuando iba a la escuela a un niño zurdo le sujetaban la mano izquierda detrás para obligarle a usar la derecha, esta cuestión ha seguido así hasta que la neurología explico las causas de su existencia y empezó a verse de otra forma.

    La zurdera contrariada, que se originaba al obligar a los niños zurdos a usar la derecha producía en algunos de ellos problemas de lenguaje, fundamentalmente dislalias.

     Una de las causas que influye en la  dislexia es precisamente la zurdería y más aún la lateralidad cruzada.

      Durante la primera infancia el niño va adquiriendo conciencia de su lateralidad, con cinco años debe saber cuál es su mano izquierda y derecha, esta noción es fundamental para la adquisición de los llamados conceptos básicos imprescindibles para poder progresar en el aprendizaje.

      El disléxico no adquiere, entre otras cosas, la noción de  su lateralidad, ello implica por ejemplo una dificultad grande a la hora de aprender a leer y escribir, pues algunas consonantes lo que les diferencia es la posición de un determinado trazo, así la letra “p” y la letra “q” se diferencian solamente en la colocación del redondel, en uno está a la derecha y en otro a la izquierda, igual ocurre con la las letras “b”  y “d”.

   También se presenta en las silabas directas e inversas, así “sa” y “as”, para un disléxico serán lo mismo, el asunto se complica si no ha adquirido el concepto básico: “arriba-abajo” que es el que le permite diferenciar  las letras “b” y “p” o las letras “q” y “d”. pues en ellas el redondel está arriba y en las otras abajo.

    Este problema también aparece en los discapacitados psíquicos, la diferencia entre un disléxico y un discapacitado reside en su potencial intelectual, el del disléxico tiene una capacidad intelectual con valores considerados normales o incluso a veces altos.

    Existe una creencia en el ámbito científico que señala que los zurdos son más inteligentes que los diestros aunque no se ha podido relacionar científicamente la inteligencia con la creatividad.

    Chris MacManus de la University College Of London señala que los cerebros de los zurdos están estructurados de manera diferente y esto amplia su abanico de posibilidades, también afirma que el colectivo de zurdos ha producido históricamente una cuota por encima de la media de grandes triunfadores.

     La zurdería hoy no es ningún hándicap, sino todo lo contrario, los padres desde la más tierna infancia deben respetar la tendencia natural del niño a utilizar la mano que sea dominante.

 

 

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