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26J: Normalizar la corrupción


Un par de días después de la jornada electoral, con la suficiente distancia como para poder analizar un poco más objetivamente lo ocurrido pero no tanta como para dejar de sentir las contradicciones que el resultado y el proceso nos hicieron sentir, permitidme compartir cuatro reflexiones.

Oportunidad perdida.

En mi opinión esta es la principal conclusión del proceso que empezó a forjarse en las calles y conciencias un 15M de 2011 y podría haber culminado con una victoria electoral en 2016. Ahora mismo muchos de los que compartíamos esa ilusión de estar viviendo y participando en un cambio histórico, compartimos, aunque no lo exterioricemos, la sensación de que se ha perdido la oportunidad de haber llevado con suficiente fuerza nuevas ideas y nuevas gentes al congreso de los diputados, y con ella, la oportunidad de gobernar para defender la justicia social, la equidad y los derechos de la mayoría de la ciudadanía.

Es cierto, que en cierta medida, con lo conseguido las cosas van a cambiar también. El bipartidismo está tocado. Los movimientos sociales, las mareas, las reivindicaciones de participación y transparencia, la ecología política… están ya en las instituciones, en el congreso y en muchos Ayuntamientos. Eso es innegable. Pero también lo es que aún no es suficiente para poder llevar a cabo la necesaria segunda transición de nuestra democracia.

¿Dónde está el millón de votos de Izquierda Unida?.

Desde el mismo domingo a las 10 de la noche esta pregunta se repite en no pocos foros y cabezas. La ilusión con la que se afrontó la repetición de las elecciones sumando la histórica organización de izquierdas a la confluencia, que de hecho ya fue la candidatura de Podemos en diciembre, junto con la visibilización de otros “socios” como EQUO, no nos dejó ver, probablemente, que en política la aritmética no es una ciencia exacta y que, al menos en la izquierda, las formulas cocinadas en las cúpulas, pueden no llegar a funcionar en sus bases.

No sería justo echar toda la culpa, o alguna, a la formación de Garzón, posiblemente sin su inclusión en la coalición el resultado habría sido aún peor para todos los participantes en ella. Pero tampoco hay que obviar, que paradójicamente el propio proceso de unificación ha producido enormes desgastes, desencuentros y no pocas diferencias. Un acuerdo cocinado entre las cúpulas, basado en reparto de puestos en listas, que es informado a la prensa y luego trasladado casi sin alternativa a las bases para su ratificación, no es nunca bien aceptado por la idiosincrasia de colectivos y gentes que cultivan procesos asamblearios y participativos. Y menos por la “vieja guardia” de izquierdas, que, todos lo hemos visto, aceptó a regañadientes el acuerdo, pero no terminó de implicarse, ni participar en la campaña. Y quien sabe cuántos de ellos ni votaron.  Es muy significativo e inquietante la coincidencia de cifras en muchos, muchísimos lugares, a nivel nacional y local (en Alhaurín de la Torre, por poner un ejemplo cercano). La suma del millón de votos que teóricamente aportaba IU a nivel nacional, los 1200 que aportaba a nivel local, sencillamente no se ha producido. Esos votos han desaparecido.

Y como es justo empezar por la autocrítica, reconozco que, aun siendo leales a lo decidido, al proceso y las circunstancias,  muchos no nos hemos sentido cómodos con esta campaña a tres bandas, donde estaban pactados actos y acciones conjuntos y por separado, donde algunos se encargaban de recordar cada cinco minutos la proporción que cada cual representaba, donde se han tragado “sapos” ocultando muchos roces y temas que han ocurrido detrás de las cámaras para que no afecten al proceso.

Aunque también, todo hay que decirlo, estos meses han servido para arreglar otras cosas. Se han olvidado pasadas rencillas, se ha visto trabajar juntos a compañeros y rivales de pasadas contiendas electorales con un fin común, compartir sonrisas, ilusión y frustración. En parte, Alhaurín de la Torre ha sido ejemplo vivo de ello.  Y eso une, y es positivo e cara al futuro.

Normalización de la corrupción.

Pero lo que es realmente más grave, lo que debería hacernos encender todas las luces de alarma, no es lo ocurrido en las izquierdas.  Cualquier opción política es legítima de presentarse a la ciudadanía y recibir los apoyos, pero sin duda, es extremadamente significativo que millones de españoles hayan renovado su confianza y apoyo al partido más corrupto e investigado de la historia de nuestra democracia. Las elecciones las ha ganado un partido investigado y acusado de cientos de casos de corrupción, que se ha financiado ilegalmente, que ha destruido pruebas y obstruido la justicia,  que ha sido condenado a pagar fianzas, que tiene a ministros, tesoreros y altos cargos en la cárcel, que ha repartido dinero negro entre sus cargos, que ha desviado dinero público a cuentas privadas y defraudado a Hacienda, que utiliza las instituciones y a los cuerpos de seguridad para sus intereses políticos. Y todas estas acusaciones, las puedo firmar y ponerles el nombre del Partido Popular, sin miedo a que me demanden, porque están más que demostradas.

Lo realmente preocupante de estas elecciones, no es la confluencia fallida, ni que las nuevas opciones no hayan conseguido llegar a ser opción de gobierno, ni el fallido sorpasso, ni siquiera la abstención, ya endémica. El resultado electoral es el que es, y hay que aceptarlo. Ahora toca formar gobierno a algunos, hacer oposición a otros y aguantar 4 años más a la mayoría. Lo que debería preocuparnos es la normalización de la corrupción en nuestra ciudadanía. Tan peligrosa y lamentable, como la normalización de la violencia, del machismo o la xenofobia. Con la corrupción ha ocurrido como con tantas cosas que los medios nos enseñan y pasan a formar parte de lo cotidiano, a no conmovernos lo que debería. Como con las decenas de imágenes de refugiados muertos y maltratados que vemos cada día en las noticias sin inmutarnos después de la de aquel niño inmigrante muerto en la orilla.

 Aprendemos. Seguimos.

Pero si de todo hay que sacar algo positivo, me quedo con lo que hemos aprendido en este proceso. Para muchos ha sido un ejercicio de maduración política. De analizar, observar y conocer cómo funcionan otras organizaciones. Que cosas son fáciles y que difíciles de conseguir. Que mecánicas acercan y construyen puentes y cuales los destruyen. Con quien merece la pena andar el camino.

Me quedo con lo aprendido y sobre todo con los muchos de los compañeros, vecinos, amigos y desconocidos que he visto arrimar el hombro cuando había que hacerlo, guiñar y sonreír cuando algo salía bien y apretar los puños y los dientes cuando la cosa se ponía difícil.

Por todos ellos, por nuestra gente y nuestro futuro hay que seguir. Desde el más humilde activista, militante o simpatizante, desde cada organización, desde cada asiento en el congreso o en un salón de plenos, desde nuestras casas y desde las calles, hay que trabajar para librar a nuestro país de corruptos y gobernantes que anteponen sus intereses y los de sus socios a los derechos y necesidades de la gente corriente.  En ello estamos muchos.

Seguimos.

Juan Manuel Mancebo Fuertes

Concejal en el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre y coportavoz de Electores-EQUO

Comentarios
  • Juan Manuel Mancebo Fuertes

    1 July 2016

    Tocayo España.
    No creo que sea este el lugar para disertar sobre protagonismos, plumeros o implicaciones. En cualquier caso, mi reflexión es absolutamente respetuosa con los compañeros de coalición, con los que se han implicado y con todos los que han decidido apoyar o no esta opción electoral. Sigo pensando, y a las pruebas me remito, que gentes de IU y Podemos que apoyó por separado ahora no han apoyado la coalición.
    En cualquier caso, ya lo comenté en otro lugar, a veces dar un paso atrás es el mayor de los gestos de compromiso. Por un lado para evitar desencuentros, roces y malos rollos con compañeros de viaje que llevan años haciendo zancadillas, y respetar el gran trabajo que otros compañeros han realizado en esta campaña. Por otro, para evitar que tu propia organización, PODEMOS, hiciese evidentes los conflictos que existen tanto a a nivel local, como a nivel supramunicipal con vuestro Consejo y Dirección local.
    Tal vez en otro momento sea interesante recordar el boicot a la campaña de Diciembre y que fué lo que posibilitó el único acto electoral con presencia de candidatos en nuestro pueblo. Tal vez sea interesante para muchos conocer como una organización vetó en esta campaña a su SG y desde otra tuvimos que mediar para conseguir no ser motivo de escándalo ni vergüenza. Tal vez, conociendo esto se entienda que en algunos casos dar un paso atrás y ceder espacio en la foto sea el mayor acto de compromiso y lealtad con el proyecto que defendemos.

  • juan manuel mancebo fuertes

    1 July 2016

    Amigo Caravias. Te invito a leer el analisis del maestro Anguita: http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/7671471/06/16/Julio-Anguita-encuentra-la-causa-del-fracaso-de-Unidos-Podemos-Nos-han-derrotado-por-dentro.html
    "Afirma Anguita que una parte de su electorado, "nada desdeñable, no nos ha votado. Y esto merece una reflexión intensa y un debate". Desde su punto de vista, lo que ocurrió es que gente que votó a las formaciones por separado el 20D, "no han votado a la coalición, y hay que analizar eso, porque a nosotros no nos ha derrotado nadie, nos han derrotado dentro"

  • JUAN MANUEL ESPAÑA MELLADO

    30 June 2016

    Efectivamente JM Mancebo, ha sido una oportunidad perdida por tu parte, ya que el trabajo que los militantes de PODEMOS e IU han realizado en Alhaurín de la Torre, no ha podido contar con tu inestimable colaboración, ya que desde la barrera en todo momento parece que soñabas con decir lo que dices ( ya fueron tus únicas palabras de aliento en toda la jornada electoral), parece que con el único objetivo de ningunear no solo a los votantes progresistas de nuestro municipio sino también a los militantes de ambas formaciones, porque decir lo que dices de los votantes de IU es decir lo mismo de PODEMOS, pues no olvides que la coalición UNIDOS PODEMOS fue sometida a votación de todos los militantes de ambas formaciones y no me parece de honor distinguir, precisamente ahora.
    No puedo compartir contigo en absoluto el hecho de que se te recordara los porcentajes de participación en la coalición UNIDOS PODEMOS (por cierto EQUO estaba integrada en la cuota de Podemos y el resto es de IU), cuando desde los preparativos antes del comienzo de la campaña electoral, y son testigos de ello los militantes de IU, de PODEMOS y de EQUO se dijo que toda la campaña se organizaría entre los tres grupos a partes iguales, al menos en nuestro municipio, y así se ha hecho, lo que pasa que a ti te gusta ir "por independiente" y el problema es que en este caso "se te ha visto el plumero".
    Me adhiero a las declaraciones de Javier Caravias y en especial agradezco sinceramente a todos los que han participado en esta campaña electoral y a esos votantes de Unidos Podemos decirle que pueden seguir soñando porque vamos hacer realidad lo propuesto, con la ayuda de todos y de todas.

  • Javier Caravias Chaves

    30 June 2016

    Habiéndome leído con mucho interés el artículo tuyo, Juanma, (como siempre), he de hacer las siguientes reflexiones:
    Coincido bastante en tu análisis tanto del epígrafe de "Una oportunidad perdida" como el referido a "Normalizar la corrupción" y el último titulado "Aprendemos.Seguimos", pero disiento ABSOLUTAMENTE en el que titulas "Dónde está el millón de votos de IU?", en el que haces un ejercicio de prestidigitador o adivinador de pensamientos, alegando que el poco más de un millón de votos perdidos a nivel nacional con la confluencia se deban al casi millón de votos que respaldó a IU en las pasadas elecciones. Niego la mayor, creo que tus dotes de adivino son escasas, menos mal que no te dio por emular profesionalmente a Rappel, porque no te hubieses comido un rosco, compañero!! Y me explico: Si hay un electorado fiel, a sus ideas y a su compromiso, ese es el de Izquierda Unida, cuyas bases votaron, no en una, sino en dos ocasiones, masivamente la confluencia, y que se ha implicado como el que más en cada acto de cada rincón del país, apoyando ILUSIONADÍSIMOS las candidaturas de Unidos Podemos, siendo especialmente generosos en las negociaciones previas, y poniendo toda, absolutamente TODA la carne en el asador por conseguir los mejores resultados. Además, la "vieja guardia", como tú la has denominado, ha apoyado pública y expresamente la confluencia, desde el momento y hora en que tanto la militancia como los simpatizantes aprobaron la misma, así como los órganos de dirección tras las consultas a las bases. "Vieja guardia" como Cayo Lara, no digamos Julio Anguita, e incluso Gaspar Llamazares, no solo apoyaron la confluencia, sino que han hecho en muchos casos campaña activa y pública por la candidatura conjunta. De todo ello se puede concluir que ese millón y pico de votos perdidos NO SON DE IU, al menos no solo; muy al contrario, yo creo que la cuota de abstencionistas de nuestra formación ha sido mínima, correspondiendo probablemente gran parte de los desencantados a los votantes de Podemos a los que las meteduras de pata continuas de Pablo Iglesias especialmente en los seis meses que han pasado entre la primera vuelta y esta segunda (la "cal viva", el reparto de sillones, el guiño a la socialdemocracia, los teatrillos exagerados y fuera de lugar, la falta de democracia interna...), les haya hecho no confiar su voto en esta ocasión. Sinceramente creo que para muchísima gente de izquierda el que se apostara por incluir a IU en la confluencia ha supuesto un efecto reactivador, y más al estar encabezado por un Alberto Garzón inconmensurable, que para muchas personas del mismo Podemos debería haber sido el que liderara la confluencia, pero bueno, eso daría para otro interesante debate.

    Y ahora vamos a tus dotes de adivinador a nivel local, que ya ha sido de traca: afirmar que los 1.200 votos perdidos en nuestro Alhaurín son los de IU es para hacérselo mirar, Juanma. En parecidos términos te puedo rebatir esa osada afirmación/elocubración pidiéndote que por un momento pienses quién se ha volcado más en nuestra campaña a nivel local (la Asamblea de IU en su conjunto y una buena parte de Podemos, encabezado por el siempre honesto Juan Manuel España, y en especial un magnífico, combativo, alegre y comprometido grupo de jóvenes, que para mi y muchísima de "mi gente" han supuesto un extraordinario descubrimiento, que nos hacen ser muy optimistas con respecto a seguir haciendo mil cosas juntos!)
    Y, lo siento, pero por el contrario quien apenas ha aparecido en la campaña, quien dejó muy claro desde el principio que Electores y Alhaurín Despierta no jugaban en esta liga, quien insistía una y otra vez en que estábamos "juntos, pero no revueltos", quien el día de las elecciones renunció voluntariamente a que se le visualizara al lado de Podemos e IU...ese has sido precisamente tú, Juanma Mancebo, con tus razones muy lícitas por supuesto, pero que a mucha gente ha sorprendido y no gratamente, incluso a personas muy cercanas a tí. Tu compromiso con la confluencia ha dejado bastante que desear, luego puestos a elucubrar, no sería más fácil deducir que gran parte de los votos perdidos pueden ser de tus votantes fieles, que han entendido perfectamente que ellos y ellas no debían jugar este partido?
    Además, y por último, te diré que si hay un votante fiel en nuestro pueblo ese es el de IU, que incluso en los peores escenarios posibles, ha seguido confiando en "su" IU, y que en esta ocasión estoy absolutamente convencido que también ha sido así!!
    Disculpad que me haya extendido tanto, pero sinceramente, creo que la ocasión lo merecía, era necesario puntualizar y derribar hipótesis y conjeturas, interesadas o no, pero seguro ERRÓNEAS. Un abrazo a todos, y en especial a ti, compañero Juanma!!

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