Fracasadas las elecciones del 20 de Diciembre ppdo., la ineptitud e ineficacia, aderezadas por ideologías irreconciliables, sectarismos, afanes más o menos espúrios de los grupos para llegar a un acuerdo que condujera a un gobierno estable, nos vemos abocados, seis meses después, a otra convocatoria electoral.
Si las reglas son las mismas, idénticas las formaciones, semejantes los programas, solo puede operar la demografía al variar, ligeramente, las características de los votantes entre los nuevos que acceden alcanzada la mayoría de edad, y los que ya se han ido.
Esta variable no parece suficiente para modificar los previsibles resultados que nos conducirán, probablemente, saturados todos ya de la “vieja política”, a su atasco.
La educación será, irremediablemente, tema de debate de los partidos. Las posiciones se están fijando. El jueves pasado, en Madrid, hubo un concurrido debate sobre el tema entre los Profesores Garicano y Marina. Por la reseña leída no descubro nada que no hayan repetido hasta la saciedad.
Las reválidas, contempladas en la LOMCE, Ley orgánica vigente, es otro tema que da que hablar a la prensa derivado de la aceptación o rechazo a su cumplimiento en comunidades autónomas, centros, profesores, en un batiburrillo informativo que desconcierta a la parroquia.
Si la ley está para cumplirla ¿Cómo es posible que los encargados de hacerla cumplir son los primeros que se niegan a ello? Al hilo de esto me viene al recuerdo, los viejos del lugar no lo habrán olvidado cuando, previo a las elecciones municipales del 79 en Málaga, los partidos socialista y comunista, llamaron a la rebelión de no pagar la tasa de basuras al ayuntamiento de entonces. El partido más votado en Málaga fue la UCD. Sin embargo la coalición post-electoral PSOE y PC se hicieron con el Concejo.
De forma inmisericorde y olvidados de su rebeldía basurera, cobraron con recargo las tasas que, por dañar a la corporación anterior, propugnaban su impago. Así se escribe la historia.
Tenemos que hacer ejercicios previos para recibir las sucesivas avalanchas de mensajes que nos azotarán sin remedio. No hagamos oídos de mercader. Nos va en ello el porvenir.
Los electores tenemos la palabra: Oigamos, veamos, leamos, reflexionemos, decidamos, votemos……. Y que Dios reparta suerte.
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