Publicidad

La batalla postelectoral


“Hay que castigar, fuerte, a los partidos cuyo apoyo al gobierno, nos ha conducido a la bancarrota y a la ignominia de favorecer el dar acceso al poder a los terroristas. Eso toca en las generales, es verdad, pero se  puede empezar ahora”.  (“Elecciones” 17-05-11)

“Ya estamos en las generales. Es el momento de aplicar la receta y esperar que el nuevo gobierno salido de las urnas, apoyado por un parlamento consciente, acometa las reformas necesarias para devolver la esperanza a la nación y se oriente por sendas apropiadas. Sendas que libere de ataduras a esta democracia secuestrada por las oligarquías partidistas y nacionalismos excluyentes”. (¿Democracia secuestrada? 16-11-11)

Así escribía en mis columnas referenciadas, previas a las elecciones europeas y generales del 2011. Cuatro años después, en las últimas del 20 de diciembre ppdo., el PP ha perdido 63 escaños y el PSOE 20 emergiendo, con fuerza, dos partidos nuevos: Podemos con 69 y Ciudadanos con 40 que son los recipiendarios de las pérdidas de los dos mayoritarios, las de IU, UPD y alguno más.

El nuevo parlamento no se parece en nada al anterior y ahí anda, a la diabla, intentando formar gobierno cuyo final se vislumbra incierto. Ante tal panorama es posible que el 20 de Junio nos encontremos de nuevo buscando las rajas de las urnas españolas donde introducir nuestros votos.

63 escaños, son muchos escaños, demasiados, para perderlos. Algo o mucho ha debido hacer mal el PP, o sus votantes han percibido que han hecho mal, para semejante “espantá”. La oposición del PSOE tampoco ha sido bien valorada por sus votantes. Perder casi un 20% de sus escaños y obtener los peores resultados de su historia cuando no se gobierna, es un fuerte varapalo de su electorado. La factura de sus votantes no es pequeña, y por tanto, han de tenerla en cuenta, so riesgo de no contarlo. Ninguno de los dos partidos, ante los datos, puede enorgullecerse y sacar pecho.

Yo no sé lo que pensarán el PP y sus dirigentes. Lo magro de su resultado obliga a Rajoy, pese a ser el partido más votado, a renunciar a formar gobierno, porque la aritmética le anunciaba el fracaso de su propósito. Los crueles números son implacables. En los dos meses que la Constitución brinda, no parece probable, aunque se esfuerce, que pueda hacerlo.

Es posible que sus oponentes también fracasen.

¿Y por qué esa pérdida del PP que le ha conducido a la precariedad actual? La respuesta está en la receta que en su día enuncié, que cito más arriba y actualizada reproduzco: “Porque no ha aplicado la receta adecuada ni acometió las reformas necesarias para devolver la esperanza a la nación y se orientara por sendas apropiadas. Sendas que libere de ataduras a esta democracia secuestrada por las oligarquías partidistas y nacionalismos excluyentes”.

Los resultados del PSOE lo hacen vulnerable, muy vulnerable. Y corre el peligro de ser fagocitado. Con UPyD fuera de juego e IU al borde de la extinción, los encuestadores se desgañitarán arrimando el ascua a la sardina de quien les contrata.

Los periodistas están que se salen. Con los acontecimientos políticos tienen materia para torturarnos hasta la extenuación. Y los no periodistas, también

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.