La mutilación genital

    El sábado pasado, día 6, se ha celebrado el día mundial contra la ablación del clítoris, que es un auténtico atentado contra la mujer.

   No se sabe con certeza su origen, parece que en el antiguo Egipto se realizaba y después se extendió a otros países de África, hoy está presente en veintinueve naciones de África y Asia.

   Se ha creído que la ablación está sustentada en la religión, los numerosos estudios que se han hecho demuestran que ninguna religión la propone o la justifica.

   De hecho se ha achacado injustamente al Islam esta práctica pero es anterior, si bien hay una rama, la “safi” que todavía la recomienda y la defiende, el resto no la aprueba y están en contra, aunque hubo momentos a lo largo de la historia que algunos clérigos estuvieron a su favor, en el Corán no aparece ninguna mención a ella.

   El objetivo de la ablación del clítoris es preservar la fidelidad de la mujer, si esta no disfruta e incluso le es dolorosa la práctica del coito, difícilmente será infiel, bastante tendrá con satisfacer a su marido.

   Las mujeres de los países donde se efectúa la justifican, en algunas entrevistas que se le han hecho y que han aparecido en los medios, señalan que las chicas crecen más tranquilas pues ya no tienen deseos y además se hacen “más altas y guapas”; hay que ver hasta qué punto están condicionadas estas mujeres.

    Marci Bowes que es una cirujana experta en cirugía reconstructiva pélvica y ginecológica, tiene una clínica en los EEUU, donde realizan operaciones para reconstruir el clítoris, a este respecto señalaba:

   “La sexualidad debe ser considerada como uno de los sentidos básicos humanos” y “la  ablación es como llevar a nuestros hijos a que les arranquen los ojos o su sentido del oído, es una barbaridad y todos debemos reaccionar indignados ante la mutilación genital femenina, lo importante es hacer lo que podamos para devolver este sentido”

   No entro en los detalles sobre la forma de realizarlo,  en la mayor parte de los casos es una auténtica mutilación, hay un porcentaje de niñas que mueren por hemorragias o infecciones derivadas de su práctica en medios familiares, ya un porcentaje de ellas se efectúan en  pésimas condicionas higiénicas; lo más grave es que las niñas de residentes en países europeos, cuyos padres están a su favor, vuelven a sus países de origen a realizarla.

    Actualmente hay treinta millones de niñas que potencialmente pueden sufrir la ablación según denuncia la ONG Plan International y de hecho patrocina el apadrinamiento de niñas para protegerlas, en nuestro país se estiman en diecisiete mil las que podrían ser sometidas a esta mutilación.

    Los misioneros que realizan su labor pastoral en los países donde se realiza esta práctica lo han denunciado en más de una ocasión y de hecho, en su contacto con estas poblaciones les indican que no deben realizarla

   Últimamente  hay una ONG que lucha contra la ablación, creada por el movimiento raeliano; desde Marzo pasado en Burkina Faso funciona el llamado  “Hospital del Placer”, donde cirujanos expertos reconstruyen el clítoris de mujeres mutiladas, la Jefa del equipo médico es precisamente Marci Bowes.

   Gracias a Dios en nuestro país como en otros de nuestro entorno es un delito, aunque me da la impresión que hay casos que se escapan.

   Cuando yo trabajaba en los equipos de orientación recibimos una circular de la Junta indicándonos que si observáramos malos tratos en algún alumno teníamos la obligación de comunicarlo.

    También me consta que los médicos vigilan y tienen la obligación de denunciar, si observan señales de malos tratos en mujeres que van a sus consultas hospitalarias, por si fueran víctimas de la violencia de género.

    Pero no sé si existe alguna instrucción relativa a la vigilancia de niñas que han podido sufrir la citada mutilación genital, si no es así, bien vendría que se dictaran una serie de instrucciones para vigilar y tratar de evitar esta práctica por los emigrantes de los países donde es habitual.