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Amalgama


Las pasadas elecciones a  Cortes Generales nos han brindado un resultado que amalgama el parlamento. Para evitar equívocos recurro al DRAE que nos brida esta definición: 1. f. Unión o mezcla de cosas de naturaleza contraria o distinta.

Por primera vez, desde el inicio de la transición, el partido más votado en las elecciones no puede formar gobierno. El dogal al que le someten los demás con la aritmética parlamentaria de apoyos, se lo impide. Así el Rey se ve obligado a encomendar la formación del gobierno al líder del PSOE, la segunda fuerza política en resultados, a treinta y tantos elegidos de distancia. La diferencia de más de un tercio de sus escaños a favor de la lista más votada, debería ser decisiva a la hora de formar gobierno.

Pues no, la voluntad popular, una ley electoral perversa y unas aversiones viscerales amén de deseos espurios, nos ha conducido a la disminución de las fuerzas mayoritarias, juntas constituyen el 60% del arco parlamentario, dispersando el resto en nuevos grupos y grupúsculos que abocará, más pronto que tarde a unas nuevas elecciones de incierto resultado.

¿Era eso lo que quería el electorado? Parece ser que no. Quizá pretendía, con la dispersión de sus votos, que las fuerzas parlamentarias resultantes llegaran a un entendimiento de todo lo común que determinara continuar con el impulso, palpable impulso, emprendido y necesario para recuperar las cotas de prestigio nacional e internacional de España.

Si esa era la pretensión, la Ley de Lenz la ha frustrado y la amalgama de partidos, con sus ideas opuestas, impedirá una faena aseada como corresponde hacerle a un morlaco como el residente en el ruedo parlamentario.

¿Qué puede hacer el español corriente en una tesitura como esta? Ya lo hizo con su voto. Ahora le toca esperar ¿Creen ustedes que la cordura de los políticos nos conducirá por sendas que lleven a buen puerto? Ese puede ser el deseo. La realidad será otra ¡Al tiempo!

La Historia dictaminará, cuando sea irremediable, la responsabilidad del o los causantes del aherrojamiento inmovilizador y arruinante ¡Qué pena de lo que pudo haber sido y no fue!

 

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