Hoy celebran su onomástica “mis dos Rosas”.
Lo que he escrito anteriormente sabe a patriarcado del malo o lo que sería peor a un sentido de posesión ya putrefacto por la nueva corriente del feminismo, radical o no, que pulula por nuestra sociedad.
Pero como en la antigüedad se estilaba hay que aclarar que “la pastora” fue inscrita con tal nombre porque su madre así se llamaba; exactamente igual le pasó a “mi chatilla”.
Me siento algo “acomplejado” por ello, pero bueno no voy a abjurar de lo hecho.
Para más inri les he regalado dos ramos de rosas rojas.
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