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Efecto NIMBY


   No es una palabra, son unas siglas inglesas que significan Not in My Back Yard, traducido al castellano significa: “no en mi patio trasero””

   Es una reacción de determinados ciudadanos o grupos que se organizan para enfrentarse a lo que supone la instalación de determinadas actividades industriales o mineras que consideran peligrosas o insalubres desde su punto de vista, pero no se oponen a estas siempre que se hagan lejos de sus casas.

    Vamos a fijarnos en una actividad imprescindible en la vida diaria, los teléfonos móviles, para poder transmitir la señal que nos permite comunicarnos son necesarias las antenas, pues bien desde hace ya bastantes años se han difundido una serie de mensajes que nos hablan de los nocivos efectos que producen, que no son ciertos.

   Cuento mi anécdota personal que es ilustrativa, en el año 2003 fui Presidente de mi comunidad de Málaga, hicimos una gran obra que se ejecutó bajo mi mandato, tuvo un elevado costo, al acabarla  ofertaron a la Comunidad instalar una antena en la cubierta del edificio abonando una interesante cuantía anual que hubiera podido ayudar a financiar el préstamo que habíamos pedido, al final por el efecto “Nimby” no se instaló, me llenaron el portal de panfletos diciendo que “traía el cáncer al edificio” dos años después teníamos tres antenas, una en el edificio de enfrente y otras dos una a cada lado en los dos edificios contiguos.

   Las detestadas antenas son imprescindibles para poder funcionar los teléfonos, si no existieran las tendríamos que inventar.

   Pero hay otras materias primas como por ejemplo el neodimio, que es un componente básico de cristales y elementos semejantes, se utiliza en las pantallas de los teléfono móviles, las lámparas led, los aerogeneradores o molinos que llevan diez kilos de este material y así un largo etc.…, el 90% procede de China, se dio la circunstancia que este país el año 2010 dejo de exportarlo durante algún tiempo haciendo temblar las industrias tecnológicas.

   El litio elemento imprescindible de las baterías que usan los vehículos eléctricos solo existen detectadas cincuenta millones de toneladas.

    La mayor parte de estas y otras materias primas se obtienen en yacimientos del tercer mundo o en Asia, sin embargo no queremos explotaciones mineras en nuestra civilizada Europa entre la que se encuentra nuestro país.

    Nuestras necesidades energéticas precisan combustibles fósiles, tendrán que pasar  muchos decenios para que disminuya su demanda, sin embargo cuando se realizó una exploración en Canarias se montó “la mundial”, sorprendentemente no se hizo lo mismo con la explotación que tiene Marruecos a 180 Kms. de Canarias y que caso de tener un accidente, suceso muy improbable, sus efectos pueden llegar a estas islas, pero el moro inspira respeto.

    Países como EEUU, Canadá, Australia, por decir algunos, consideran que encontrar un yacimiento de estas materias es una oportunidad para el país.

    La energía eléctrica que producimos es insuficiente y tenemos que importar energía de Francia que le sobra, procede de sus cincuenta y ocho centrales nucleares.

   El 41,1 % de la producción eléctrica en la Península en el año que finaliza procedió de fuentes renovables, lo que supone 4,2 puntos porcentuales más que en el 2015, pero en esta cuantía hay que incluir la energía hidráulica, si nos ceñimos a las fotovoltaicas y eólicas suman el 36,9%

   La energía nuclear ha sido la principal fuente de producción de energía aportando un 42%,  seguida de la eólica, la hidroeléctrica, el carbón, los ciclos combinados y la cogeneración.

    Todo esto nos lleva a considerar que hay que volver a las explotaciones mineras, aunque desarrollando una minería basada en un desarrollo sostenible, si se lleva a cabo nos ahorraríamos muchas decenas de miles de millones que nos gastamos en importar estas materias, en nuestro país hay yacimientos sin explotar como las reservas auríferas de Asturias y Galicia, la decisión de la Junta de Andalucía de abrir nuevamente la explotación de la faja piritica en la zona de Huelva, que es uno de los mayores yacimientos a nivel mundial, me parece acertada.

   Los que se oponen, desde diferentes puntos de vista, les gusta cuando llegan a casa que al dar al interruptor de la luz la bombilla se encienda, cuando abra el agua caliente que esta fluya, que el teléfono móvil sea de la última generación,… pero hay que concienciarse que hay que pagar un peaje pues el dinero que podría ahorrarse  si encontramos estas materias primas en nuestro país, cuya explotación crearía además numerosos puestos de trabajo, se puede dedicar a resolver problemas de todo tipo.

Fuentes:               

Diario Independent, 10 Junio 2010

Los Alamos National Laboratory - Neodymium

Revista Minería             

Revista Tierra y Tecnología 

 

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