El Copo. La LOMLOE
En medio de este marasmo que nos invade, el nuevo sistema educativo se va abriendo paso con toda clase de novedades que ya veremos hacia donde conducirán a esta niñez y juventud a las que les toca vivir años de un intenso deambular por nuevos callejones educativos; los míos, incluido el “menda lerenda” ya ha pasado por ello y no sabía que existían tantos diferentes entre dos iguales.
De momento no existirán notas numéricas, límites de suspenso ni leves índices de Filosofía; así que adiós al pensamiento y, con el paso del tiempo, desaparecerá de esta plurinación -esa es otra- todo atisbo que tenga algo que ver con Aristóteles, Sócrates o Platón.
Vamos -van ustedes, con sus hijos y nietos- directos al rebaño de borregos que conformará el nuevo mundo que se moverá alrededor del conjunto de ideas que conforman el nuevo sistema LGTBIQ y lo que siga surgiendo, porque éramos y somos un universo en una sola criatura y así, de una puñetera vez, acabamos con los abuelos, míticos y únicos seres que sabían que 75 x 75 es igual a 5.5625 sin necesidad de multiplicar o contar con los dedos. Si alguien tiene interés se lo cuento y presumirá un rato largo del tollo de amigos, amigas y amigues que posee.
La nueva ley educativa tiene el pomposo nombre de LOMLOE y las calificaciones del alumnado corresponderá a las iniciales IN, SU, BI, NT o SB, lo que habla muy bien de sus autores. La repetición o no de curso dejará de ser un problema para el alumnado, pues serán ellos los que se autocalifiquen y decidan, o no, pasar de curso; pero un posible atolladero para la familia, palabra que tiende a su desaparición con inclusión del “cuñado”, “primo”, “abuelo”, etc.
Del abuelo hablaremos en otra ocasión, pues para hoy ya tengo bastante.
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