El sector del juego en Málaga encara el verano con incertidumbre

Meses después de la reapertura de locales y tras un año aciago, la industria de del juego en Málaga, afronta el primer verano post pandemia cargado de incertidumbres.

Esta vez la inquietud no viene dada por las condiciones de reapertura de casinos y salones de juego, sino por una quinta ola de coronavirus producida por la llegada de la variante Delta a España, una cepa mucho más contagiosa que las anteriores. El escenario podría volver a las temidas restricciones, con locales cerrados y los usuarios jugando en casinos online seguros a través de internet.

Cabe destacar que Málaga es la provincia de Andalucía con más empresas dentro del sector, unos 200 locales de juego entre casinos, casas de apuestas deportivas, salones de juego y bingo. De hecho, el turismo de juego en la Costa del Sol ya forma parte de las consultas habituales en la oficina de información turística de la provincia.

Según el último informe facilitado por la Junta de Andalucía, durante el pasado año 2020, el mercado del juego en la provincia de Málaga movió 533 millones de euros, destacando las cifras de facturación en sus dos casinos, el de Marbella y el de Torrequebrada, que generaron un volumen medio de 81 millones de euros entre ambos.

Con estos números aún lejos de años anteriores, un cierre de locales en una nueva escalada de contagios supondría un golpe fatal a un sector ya bastante castigado y que, obligaría a la patronal a tener que volver a pedir ayudas de supervivencia.

Unas ayudas que vendrían con polémica, ya que tras la última inspección de la Unidad de Policía delegada en Andalucía a los locales de juego se encontraron varias deficiencias en el control de accesos de muchos locales. De los 70 locales inspeccionados, las autoridades sancionaron a 45 personas. La mayoría de estas sanciones corresponden a personas incluidas en el registro de exclusión del juego por estar relacionados con problemas de ludopatía.

La única noticia positiva en el sector vino por parte del Decreto aprobado el pasado mes de mayo en la Junta de Andalucía, por el que se establece la prohibición de apertura de nuevos locales de juego a una distancia inferior de 150 m. de un centro educativo. En un principio, tanto ayuntamientos como organizaciones de afectados pedían que la distancia no fuera menor de 500 metros, haciendo prácticamente imposible la apertura de nuevos locales de juego dentro de pueblos y ciudades.